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Los juegos del hambre entre Laporta y Tebas dejarán al Barça ‘tiritando’

Javier Tebas

Escuchar el relato de Javier Tebas y el de Joan Laporta sobre la economía y las expectativas del Barça invita a soñar con un cuento de hadas en el que todo, absolutamente todo, es posible. Nada que ver con la otra realidad que demuestran las verdaderas cuentas del club y las enormes dificultades a las que se enfrenta en este momento, de tal gravedad que, por primera vez en más de tres años, hasta el barcelonismo aletargado y cobardón de la alta sociedad azulgrana se ha movilizado a favor de un frente de unidad y acción con la esperanza y el propósito de llegar a tiempo de evitarle al FC Barcelona el colapso económico y financiero al que se enfrenta.

Laporta, en cambio, flagela a esa oposición con sorna y con su proverbial soberbia en la respuesta. «¿Ahora vienen a salvar al Barça? Cuando hacía falta era en 2021 y no cuando el trabajo ya está hecho y estamos a punto dejar atrás la peor y más oscura etapa de la historia del Barça», dice.

No anda muy lejos de ese mismo mensaje el presidente de la patronal, Javier Tebas, que ha demostrado ser inflexible y metódico a la hora de aplicar la normativa en materia de fair play y control económico por parte de LaLiga. “Se me criticó mucho desde Barcelona cuando en su momento dije que el club lo tendría complicado para llegar a esa situación y poder fichar. Ahora digo que es el momento en el que más cerca está de llegar al 1:1. Con su reducción de masa salarial y de estructura de club, y con algún movimiento más, las opciones de alcanzar ese 1:1, y por lo tanto de contar con más libertad de actuación, son mucho más altas”, repite en cada una de sus apariciones públicas.

Luego añade siempre esa misma coletilla: “Hay que recordar que tiene que cumplirse el escenario del 1:1. Hoy no lo tiene, pero es cuando más cerca está de tenerlo. Si lo logra, puede fichar a Nico Williams o a otro jugador de esas características”.

El doble fondo está ahí. Javier Tebas necesita a Laporta de su lado y colaboracionista para demostrar al resto de los clubs que el Barça está volviendo al redil de su mano, que ya no es, como el Real Madrid, el enemigo del fútbol español, después de haberse retirado de la demanda contra LaLiga por el acuerdo con CVC, y que, además, la postura azulgrana está cada vez más alejada del radicalismo de Florentino Pérez con respecto a la Superliga. El Barça, a través de la figura de Laporta, ha sido domado por Tebas, una sensación que también comparte Florentino Pérez aunque no lo vaya pregonando cada día en los periódicos.

La cuestión, controvertida, es el verdadero alcance de esa alta probabilidad, según Tebas, de que Laporta consiga ir al mercado de verano, que es, en definitiva, lo único en juego de todo este tinglado, dependiendo de solucionar esos problemas que hoy aún tienen bloqueado su margen salarial. Y no es ver la botella medio vacía o medio llena. Tebas ampara ese amabilidad y entusiasmo sobre las finanzas del Barça en su propio mérito a la hora de haber fiscalizado la descontrolada gestión de Laporta, imponiéndole un presupuesto cerrado para las secciones, un cierto control del gasto y una limitación en el volumen de la masa salarial que hoy supera ligeramente los 500 millones, de 184 millones menos de los invertidos en el ejercicio anterior (2022-23) que fueron de 676 millones, una cifra que nunca se ha sabido o querido explicar del todo pues desde la temporada 2021-22 el club había dejado de afrontar dos fichas como las de Messi y Griezman, de 170 millones sumadas ambas. En la última temporada prepandemia, con estos dos jugadores en la plantilla, además de Piqué, Jordi Alba, Busquets y otros fichajes como Coutinho y Dembélé, todos ellos tan señalados por sus contratos crecientes, el gasto salarial fue de 525 millones, más o menos el mismo de ahora.

¿Cómo se explica? Lo cierto es que resulta inexplicable, tanto como los 1.165 millones de gastos del anterior ejercicio, plusmarca mundial que consumió 600 millones de beneficio neto ingresados por las palancas. El caso es que, abusando de esta licencia para gastar sin medida y sin detalles sobre partidas como 254 millones Gastos de Gestión y 171 de Otros, Javier Tebas sí que le dio una reprimenda advirtiéndoles seriamente y forzando la firma de un plan de tesorería a dos años vista que Laporta está obligado a cumplir.

Y en eso está, pendiente de no pasarse de los 831 millones de gastos, con 500 millones de nómina, 205 millones de Gastos de Gestión y 72 millones de Otros. El problema agazapado en esa frase condicional («El Barça está más cerca de llegar al 1:1 si…») radica en que Laporta aún arrastra los 100 millones de la venta frustrada de Barça Studios, contra la que Javier Tebas, perversamente, le va a dejar aplicar la peor de las soluciones, o sea compensarla con los ingresos avanzados de diez años de Nike, de otros tantos de Spotify y de anticipar los derechos del catering del nuevo estadio también por varias temporadas y con las ganancias de algún traspaso sonado.

A cambio de estas ruinosas operaciones, pues Laporta necesita al menos 200 millones para su verano más loco, temerario e irresponsable, Javier Tebas se frota las manos con ese pulso entre el Real Madrid de Vinicius y Mbappé contra el Barça de Lamine Yamal y Nico Williams, que sólo será posible si Laporta aumenta su deuda, haciendo más grande, frágil y peligrosa su bola financiera. Tebas le va a permitir, imprudentemente, que el dinero de Nike, Spotify y cualquier otro que se trague el anzuelo de Barça Studios sirva para aliviar el tránsito hasta el 1:1. Lo correcto sería no admitirlo, si no está destinado a la compra pendiente de un elevado porcentaje de la sociedad, pero parece claro que entre uno y otro, Laporta y Tebas, cada cual motivado por razones e intereses puramente egoístas, vestirán y presentaran lo que tenga que pasar de modo tan disimulado que nadie podrá sospechar lo que verdaderamente será, otro artificio financiero que solo empeorará el balance del FC Barcelona y dejará tiritando y comprometidos los ejercicios siguientes.

El final de la película tampoco es feliz, pues dejarse los beneficios anticipados de tantos años en alcanzar la regla 1:1 significa que para poder ir al mercado y poder inscribir jugadores, después de cerrar la brecha de los 100 millones de Barça Studios, Laporta también necesitará obtener beneficios por traspasos como los de Raphinha, Araujo, Lewandowski o Frenkie de Jong, que tienen toda la pinta de ser condenadamente difíciles, por no decir imposibles.

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