Ha sonado surrealista y hasta cómica una noticia divulgada estos días por la prensa más colaboracionista relativa al malestar extendido en la junta del Barça a causa de las informaciones falsas que han sido sistemáticamente promovidas desde diferentes cuentas en redes sociales, y replicadas y difundidas por los medios tradicionales con más penetración y crédito en el tejido social azulgrana.
La queja de la directiva de Joan Laporta se centra en que una serie de periodistas se han creído esos bulos, mayoritariamente referidos a fichajes, haciendo suyas esas noticias infundadas con el consiguiente revuelo, confusión y malentendidos que se vuelven bastante complicados de deshacer, ya que algunas también afectan al futuro de jugadores del club con contrato en vigor. La preocupación es de tal magnitud que desde la junta se ha planteado incluso la adopción de medidas legales contra los propagadores de este tipo de noticias que, según su criterio, sólo buscan generar mal ambiente y problemáticas interesadas.
“Entre los futbolistas relacionados con las mencionadas bulos aparecen hombres como Jeremie Frimpong y la presunta prioridad de Hansi Flick respecto al neerlandés sobre Joao Cancelo y los 30 millones fijos más 5 variables que se preveía ofrecer al Bayer Leverkusen, los 15 millones más 5 variables que ofrecía el Newcastle por Ferran Torres, Ansu Fati y una oferta del Bayer Leverkusen de 10 millones más 5 en variables, la doble oferta del Barça al Athletic Club por Nico Williams, empezando por proponer 20+20 para pasar a ofrecer 25+25 si se rechazaba la primera, o los ofrecimientos de Tanguy Ndombélé o Adrien Rabiot para fichar por el Barça, pasando por unos 30 kilos que habría ofrecido el Manchester United por Fermín. De la Premier también se dijo que el Arsenal quería a Jules Koundé y hasta se publicó un interés como el golpe sobre la mesa con Julián Álvarez (Manchester City) como protagonista. El último en aparecer fue un desconocido Jamie Jermaine Bynoe-Gitten, del Borussia Dortmund”, se ha escrito sobre el tema.
La verdad es que, en plena época estival, cuando el mercato está tan abierto, este tipo de informaciones son el pan de cada día de una prensa aburrida y monótona que, en menor o mayor grado, intenta filtrar la verdadera fiabilidad de cada una de las decenas de noticias que relacionan a un futbolista de cualquier equipo con el Barça o, al revés, a los del vestuario azulgrana con otros clubs.
Pero lo que de verdad cuesta de creer es la intolerancia y el postureo de indignación del laportismo a ese pan suyo de cada día, la trola mecanizada e industrial, pues si existe un centro especializado de producción de cuentos, fantasías, imaginación y relatos a la carta, a menudo alejados de la realidad, ese es precisamente su propio aparato mediático del Camp Nou. La relación de las filtraciones e informaciones de la productora laportista, que al final se han acabado demostrando que sólo eran fuero de artificio, sería interminable, empezando por la tomadura de pelo mundial sobre la continuidad de Messi primero y luego sobre su regreso, dos de las fábulas que la prensa, incauta y sistemáticamente engañada, se creyó, igual que las intenciones absolutamente infundadas de los fichajes de Haaland, Bernardo Silva, Zubimendi y tantos otros. El último, Nico Williams, hoy por hoy imposible sin inflar otro globo financiero o a base de vender por muchos menos precio de su valor activos que ya no generarán ingresos futuros en su momento. En el resto de los ámbitos, el embuste rodea permanentemente la gestión. Laporta lleva dos años ocultando que Barça Studios no vale 408 millones, que sólo era un truco para atraer inversores la idea capitalizar el negocio (?) en el Nasdaq de Nueva York, por no hablar del montaje, también idílico, de empezar a fabricar distribuir y camisetas propias o de Puma rompiendo con Nike en un plis plas. Se sabía, y así lo ha ganado Nike en el juzgado, que todo era una maniobra para presionar y renegociar otro contrato que acabará siendo peor aún que el actual.
La medalla de oro de la lleva Laporta, con carácter insuperable, con la presentación de un plan de financiación del Espai Barça que, definitivamente, sólo contempla la reforma del Camp Nou por 1.500 millones y deja fuera el resto de los elementos constructivos y de urbanización del proyecto aprobado en su día por la asamblea de socios y posteriormente en referéndum. Es decir, sin Palau Blaugrana, 1 y 2, sin pista de hielo, el hotel y el resto de los equipamientos previstos.
Paradójicamente, la directiva de Laporta ahora hace ver que esto del fútbol y del Barça se ha de tomar serio.














