Coincidiendo con las vacaciones escolares de su hija Eulàlia en Bélgica, la Semana Santa del año pasado, Toni Comín la aprovechó para pasar 17 días juntos en una casa rural en el pueblo de Paçà (Rossellón). De esta estancia, Toni Comín pasó tres facturas a la entidad CatGlobalASBL, que da cobertura jurídica al Consell de la República, para que fueran abonadas: los dos billetes de avión Bruselas-Toulouse (227 euros), el alquiler de un coche Toyota Yaris (1.997 euros) y el alquiler temporal de la vivienda (2.562 euros).
Pero, según ha informado el digital El Món, el entonces gerente de CatGlobal ASBL, SergiMiquel, se negó en rotundo a pagarlas, aduciendo que se trataba de gastos de ocio particular: “Las facturas no se pueden admitir desde un punto de vista ético y quizás también legal”, afirmó. Esta crisis se saldó con el despido de Sergi Miquel y con el encargo de una auditoría externa para verificar si Toni Comín ha abusado, en otras ocasiones, de los recursos de CatGlobal ASBL. Ahora la situación personal de Toni Comín se ha agravado porque, de momento, no puede tomar posesión del acta de eurodiputado y, por lo tanto, no tiene derecho a cobrar el super salario inherente al cargo.