El nuevo presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Lluís Llach, se ha mostrado contrario a la lista cívica porque considera que es meterse en un «embrollo» y «comprometer a la asamblea con una opción política». En una entrevista en RAC1, apuesta por que los partidos independentistas apoyen una lista unitaria para poner a todos «sobre una vía», excepto al partido de extrema derecha Aliança Catalana.
«Todos los indicios que tengo es que es fascista y con eso no juego. Al fascismo, aunque sea con bandera estelada, ni pan ni agua», ha indicado Llach. El nuevo presidente no cree en la amnistía y se muestra partidario de presionar al PSC para que permita formar un gobierno independentista: «Esquerra y Junts tienen agarradas las partes íntimas del PSOE».
Llach advierte que el PSOE dejará al independentismo «fuera de juego» si no se va «muy deprisa» y se es «muy definitivo». Tampoco descarta forzar elecciones, que considera que es una «posibilidad».
El cantautor se ha mostrado crítico con la antigua cúpula de la ANC y asegura que la relación con las bases hace tiempo que «está cortada». «Desde arriba se ha hecho un cierto dirigismo», ha criticado. También ha recordado que su proceso de elección ha sido largo y ha generado una «elección sufrida», pero considera que le permitió aprender: «Las curas de humildad me gustan. Me hicieron pasar por el rodillo y entendí muchas cosas».