Un poco de historia personal. Yo me hice militante socialista gracias a dos compañeros: Marià Martí (que me enredó a hacer de apoderado socialista en las primeras elecciones democráticas en 1979 y Rafa Madueño, que me introdujo en la sectorial de medio ambiente del PSC. Éste ha muerto esta madrugada, tras luchar con valentía contra una maldita enfermedad, y la noticia me ha dolido profundamente. Por eso creo que vale la pena un recuerdo, lo más íntimo posible.
Marià ha escrito hoy hablando de Rafa: “gran luchador sindicalista, militante socialista, político honesto como el que más, comprometido con la defensa del medio ambiente, humanista y gran persona. Una gran pérdida. Le echaré mucho de menos. Siempre le recordaré”. Tiene toda la razón; cuando lo conocí era diputado muy activo en el Parlament de Catalunya (Tiana ha tenido tres diputados por ahora: Rafa, Caterina Mieras y Pere Esteve) y empezamos a trabajar juntos (con Vicenç Sureda, también desaparecido, y una multitud de compañeros entre lo que recuerdo a Joan Parpal y Rafa Mantecón).
Su primer paso fue la creación de la Federación de Medio Ambiente, dentro del PSC. Rafa y los que le seguíamos fuimos unos avanzados en introducir el discurso medioambientalista en la política, pidiendo cosas como la creación de una Consejería de Medio Ambiente o rechazando la energía nuclear (sobre todo a raíz del accidente de Vandellòs en octubre de 1989) o dando alcance ambiental a los programas de sucesivas elecciones. Después, otros han llenado un vacío que dejamos los socialistas debido a todos los obstáculos que pusieron a la creación de la Federación, en un momento especialmente tormentoso para el partido (Congreso de Sitges, 1994). Recuerdo especialmente el acto celebrado en Montjuïc, con muchas ONGs presentes y que hubiera sido la oportunidad para liderar el socialismo la lucha a favor del medio ambiente, en un momento que tanto había por hacer en Cataluña (como todavía lo es ahora).
Fue entonces cuando Rafa trasladó su inmensa capacidad de trabajo a la sociedad civil, al margen de las estructuras del partido. Creó una exitosa Fundación Eco-Mediterránea (con la ayuda entusiasta e imprescindible de su compañera, Maria Antònia Grifols que siempre estuvo a su lado) que se dedicó fundamentalmente a la formación de técnicos ambientales, que hoy en día trabajan en muchas administraciones. También realizó las primeras auditorías ambientales (consecuencia de la presencia de Rafa en la trascendental Conferencia de Río de Janeiro en 1992) que se hicieron en nuestro país, con muchos contactos internacionales y con una ingente actividad.
Quizás ahora ya nadie lo recuerda, pero también creó una asociación ambientalista llamada Aiguaviva, que tuvo una corta vida en un entorno que había experimentado muchos cambios y cuando formalmente los «verdes» eran otros, no los socialistas. Tan evidente porque nunca un socialista, hasta ahora, ha sido consejero de Medio Ambiente.
Son pequeños apuntes del trabajo de Rafa en el campo del activismo ecologista; no quiero que se pierdan. Después de todo esto, me dediqué a la vida municipal en la que siempre participó Rafa, en nuestras asambleas, para ayudar a elaborar programas municipales, para aconsejar a pesar de que no siempre le hacíamos caso… Después la locura en torno a los hechos de 2014-2017 diría que nos separó políticamente, aunque nunca nos lo dijimos, y seguimos siendo buenos amigos. Y muchos amigos de este largo viaje nos reunimos en la fiesta que organizó Maria Antònia por sus 70 años.
El último recuerdo que tengo de él en vida es su asistencia al acto de presentación del libro «Federalismo Fácil» que hicimos en Tiana el pasado febrero, con los compañeros Jaume Moreno y Siscu Baiges. Hizo una gran intervención, en voz flojita, donde dejó muy claro qué entendía por federalismo de izquierdas, con un posicionamiento en el que personalmente estuve de acuerdo. Nos despedimos hasta la siguiente… pero desgraciadamente no ha habido siguiente.
Yo sólo conozco parte de la vida de Rafa, desde que le conocí. Otros podrán hablar de su lucha contra el franquismo. Mi relato está basado en recuerdos personales; quizás no es totalmente objetivo pero sí íntimo. Espero no molestar a nadie porque lo he hecho de corazón. Para mí ha sido un referente político: diputado activo y honesto, activista medioambiental de los primeros tiempos, creativo, trabajador infatigable, con capacidad para arrastrar a gente… A menudo pienso como de diferente hubiera sido el papel del socialismo en la transformación de nuestro país en temas de sostenibilidad si todos hubiésemos hecho más caso a las ideas de Rafa. ¡Pero eso ya no tiene marcha atrás!
¡Rafa, donde estés, descansa en paz después de una vida vivida con intensidad y honestidad!
