Los relojes se tendrán que adelantar una hora este domingo a las dos de la madrugada para entrar en el horario de verano. El objetivo del cambio es aprovechar al máximo las horas con luz solar. La medida se remonta al 1974 debido al encarecimiento del petróleo y la necesidad de reducir el consumo de energía para beneficiarse de más tiempo de sol por las mañanas y no tener que recurrir a la luz artificial.
No obstante, hay estudios que aseguran que el ahorro es de solo seis euros al año. Precisamente esta semana, la Iniciativa de Uso del Tiempo ha afirmado que se entrará en el huso horario «equivocado» y ha reclamado a los partidos políticos que incluyan el fin del cambio horario estacional en Europa en los programas electorales para las elecciones europeas de junio.
Estos expertos reclaman que a partir del 2026 se ponga fin al horario de verano. En un manifiesto, la entidad sin ánimo de lucro, que aboga por un debate público sobre la gestión del tiempo, advierte que los horarios desalineados, que hacen que los horarios comiencen antes que el ciclo natural día-noche, como sucede con el horario de verano, aumentan la privación de sueño y causan efectos negativos en la salud, la economía y la seguridad humanas. «La UE tiene el poder de cambiar esto», agrega.
El 12 de septiembre del 2018, la Comisión Europea presentó una propuesta para eliminar los cambios de horario y, unos meses después, la trasladó al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo, pero en los últimos años no se ha avanzado más en este debate en torno a esta medida ni se ha consensuado en cuál de los dos horarios habría que permanecer de forma permanente, si en el de verano o el de invierno. De momento, tampoco se ha adoptado ningún plazo aún para tomar una decisión y, por lo tanto, el sistema actual sigue vigente.