El periodista y conductor del programa más escuchado de la radiodifusión catalana, El món a Rac1, Jordi Basté, defendía abiertamente el pasado lunes, en su editorial El davantal, el derecho del exministro José Luís Ábalos, ahora diputado raso en el Congreso, a no dimitir por el caso Koldo. Y criticaba al presidente Pedro Sánchez por pedírselo. Ábalos está salpicado, que no investigado (de momento), por el caso de su mano derecha, Koldo García, a quien acusan de presuntos cobros de comisiones ilegales en contratos de compra de mascarillas durante la pandemia del coronavirus.
Decía Basté: “Estamos llegando a unos límites democráticamente intolerables. No he visto en mi vida a Ábalos cara a cara, no sé si le hemos entrevistado, como en el chiste de Eugenio, ninguna o una vez, pero debemos ponernos a su lado si creemos en el estado derecho”.
Y señala a Sánchez: “Si Ábalos ha puesto la mano en la caja o ha hecho la vista gorda lo deben decir los tribunales. Asesinar políticamente a alguien para blindar la presidencia es una derrota global: porque eso quiere decir que a todo el mundo se le puede mover la silla por el sencillo motivo de pasar por allí, que eres asesor, amigo o familiar…”.
E insiste: “Sánchez señala a Ábalos y le pedirá la dimisión ahora como diputado en el Congreso de los Diputados. A esto se le llama presunción de culpabilidad: señalar a alguien antes de probarse los hechos”.
Basté confesaba el miércoles e insistía el jueves que la defensa de Ábalos le ha comportado alguna crítica, que alguien le ha recordado el caso de Laura Borràs, a quien no defendió. «No es lo mismo», afirma.