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Las niñas se descartan como científicas por carencia de referentes y temor al fracaso

Alumnes de l’escola Elisabeth de Salou participant en el programa Inspira Steam de Tarragona

Hombres y mujeres tienen las mismas capacidades y pueden ejercer todas las profesiones. Solo hay que tener motivación y encarar el camino profesional hacia lo que te gusta sin miedo al fracaso. Las niñas y las chicas no se tienen que autodescartar de los estudios STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas), porque no existe ningún problema cognitivo ni ningún impedimento real. A pesar de la obviedad de estas afirmaciones, la realidad es totalmente diferente, porque a causa de estereotipos muy arraigados a la sociedad, y en especial, entre las mujeres, ellas son una minoría en las carreras STEAM y también en las ocupaciones laborales de este campo.

Estudios de diferentes organismos evidencian que “las niñas se autodescartan como brillantes a las carreras científicas a la edad de los seis años, y esto es una edad muy temprana. Vemos que no cambia mucho la perspectiva. No se ha avanzado bastante y los porcentajes son muy bajos”. Para cambiar esta situación, Mireia Colom está dirigiendo, desde el 2019, el proyecto #100tífiques, que impulsa la Fundació Catalana per a la Investigació i la Innovació (FCRI) y coorganiza el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST). En declaraciones a EL TRIANGLE, Mireia Colom alerta que “es preocupante que niñas tan pequeñas no tengan suficientes referentes femeninos donde mirarse”. Al ver que la dinámica no cambia, dado que hoy en día solo el 34% de la investigación es dirigida por mujeres, o bien solo el 16% de los profesionales de las materias STEAM son mujeres, se han emprendido múltiples iniciativas en Cataluña y en el conjunto del Estado para inspirar las niñas y las mujeres en el campo de las ciencias y la investigación.

Y las principales luchadoras para cambiar la mirada de las generaciones más jóvenes son centenares de mujeres de ciencias que ya están trabajando en el ámbito STEAM y que son referentes a seguir. Ellas ya son investigadoras, gestoras de innovación, directivas, arqueólogas, divulgadoras, ingenieras o tecnólogas. Sus perfiles son muy diversos y buscan huir de la imagen estereotipada de una mujer con bata blanca dentro de un laboratorio con una mascarilla y una probeta en las manos, como comenta Mireia Colom.

El programa #100tífiques ha movilizado este curso escolar 541 mujeres que van a 445 escuelas catalanas para “impartir una charla inspiracional que rompa las brechas de género”. El programa, además, también fomenta el encuentro entre las científicas tanto del ámbito público como del privado para generar sinergias y compartir experiencias.

Neus Prieto es una de las mujeres que participan en el programa #100tífiques. Ella es nutricionista, doctora en Ciencia y Tecnología de los alimentos y trabaja como jefe de producción de la materia La Moravia de Damm. Cuando participa en las charlas escolares, Nieves los explica que “no somos una caja, que podemos salir y no hay que seguir la línea. Solo hay que seguir lo que te motiva”. Durante las sesiones, las niñas le preguntan si es muy duro, si merece la pena, si son estudios caros, y ella les evidencia, con su experiencia, que merece la pena y que dentro de las carreras STEAM hay un gran abanico de opciones laborales que no te imaginas cuando empiezas. Actualmente, Nieves es la única trabajadora en la fábrica, y además tiene un cargo directivo. Como investigadora, analiza como el cambio climático incide en la producción de la cebada, pasando por la malta y acabando en la cerveza. “Queremos saber si hay un efecto terruño en la cerveza, como pasa con el vino”, explica. Según su experiencia, “tienes que dejar de banda la mochila social que llevas, dejar de pensar que no estás bastante capacitada y disfrutar del proceso, porque se necesitan las dos visiones en todos los ámbitos”.

Uno de los centros donde se imparten las charlas es el instituto Angeleta Ferrer de Barcelona. Miriam Martí es la responsable de #100títiques en el centro, y además lidera la asesoría pedagógica del programa para preparar todo el profesorado que participa en el proyecto. De este modo, el profesorado aprende a aprovechar al máximo la visita de las científicas y dispone de materiales complementarios para trabajar en el aula. En este instituto, además, se hacen visitas a centros de investigación. En declaraciones a EL TRIANGLE, Miriam Martí hace un balance muy positivo del programa, y pone como ejemplo que, un año después de las charlas, el alumnado había superado los estereotipos y había interiorizado el mensaje personal y profesional de las científicas. Cuando las limitaciones de género desaparecen, el alumnado, entonces, entra en cuestiones prácticas y pregunta sobre la misma investigación, sobre los adelantos de su investigación e indaga sobre la persona que se dedica a la ciencia. Gracias a programas como este, “se rompen estereotipos y la mujer acontece un modelo para hacer ciencia”, afirma.

Puedes leer el artículo entero en el número 1563 de la edición en papel de EL TRIANGLE.

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