Decenas de personas, convocadas por Salvem Cal Macià, han celebrado este lunes a las puertas de la casa de Vallmanya en Alcarràs (Segrià) el acuerdo anunciado el pasado viernes por la Generalitat y la Diputación de Lleida para comprar y restaurar el edificio donde veraneaba Francesc Macià.
El portavoz de la entidad popular, Ferran Dalmau, ha recordado los tres años de lucha para preservar el espacio y ha advertido que velarán para que «no haya pasos atrás» en su preservación y que quieren «ser parte activa» en la definición de sus usos. Coincidiendo con el 90 aniversario de la muerte de Macià, se ha anunciado que el tejido popular del Segrià mantendrá este encuentro anual y lo reformulará en una jornada de recuerdo a la figura del presidente.
Dalmau ha indicado que tener voz en el futuro de la casa de Vallmanya «es un derecho que nos hemos ganado a pulso» a lo largo de los últimos tres años, «doblegando el inmovilismo y la desidia administrativa y consiguiendo, con la presión popular, esta primera victoria». Sin embargo, Dalmau ha recordado que aún «no se nos ha notificado formalmente» la declaración de Vallmanya como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), como la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, «dejó entrever que ocurriría», y, por lo tanto, esperan que esto se constate con «hechos» después de presentar un recurso de alzada a su primera negativa.
Los asistentes al acto de este lunes desplegaron una pancarta en la que se podía leer: «Victoria popular: Cal Macià es del pueblo». A continuación, brindaron con cava e hicieron público que piensan mantener activa por parte del tejido popular y asociativo del Segrià esta convocatoria anual en Vallmanya en el día de Navidad, reformulándola en una jornada de recuerdo y homenaje a la figura de Francesc Macià.