Andorra ha experimentado la concentración más masiva de su historia con la tercera protesta solicitando soluciones para el grave problema del mercado inmobiliario. La participación superó todas las expectativas con más de 1.800 y 2.000 asistentes, según la policía. A pesar de la reciente aprobación de una ley que prorroga los contratos hasta el 2027, la insatisfacción persiste y la manifestación ha superado a las dos anteriores en número de asistentes.
La protesta, bajo el lema «¡Ya basta! Por una vivienda digna», recorrió el núcleo comercial con un importante dispositivo policial. Los organizadores no podían ocultar su satisfacción, mientras se escuchaban gritos como «Vivienda digna» y «Las calles serán siempre nuestras». La multitud dirigió sus críticas hacia Xavier Espot, presidente del Gobierno de Andorra, y Conxita Marsol, ministra de Presidencia, Economía, Trabajo y Vivienda, considerados responsables de la situación, recordando la controversia del verano pasado.
Con un fuerte respaldo a la manifestación, el mensaje al Gobierno andorrano fue claro: se necesitan soluciones urgentes para abordar el problema de la vivienda. La marcha, que abarcó las avenidas principales, concluyó con consignas que destacaban la unidad del pueblo y la necesidad de expulsar a los especuladores de Andorra.










