El Departamento de Justicia, Derechos y Memoria ha reinhumado los restos de 173 soldados muertos en la Guerra Civil este sábado en el cementerio de Móra d’Ebre. Estas víctimas del conflicto fueron exhumadas en el mas de Santa Magdalena de la misma localidad, y uno de ellos ha podido ser identificado. Se trata de Narcís Mediavilla Cardó, un soldado barcelonés que murió en la batalla del Ebro en agosto del 1938 a los 32 años, cuyos restos se han entregado a su familia, que ha decidido que permanezca en el cementerio ebrense junto con el resto de sus compañeros. «Para nosotros es muy importante. No lo conocimos y tener información de él y saber todo lo que hacía es muy bonito», afirmó David Segarra Mediavilla, uno de los nietos.
Los restos de estas 173 personas fueron localizados en una fosa en el mas de Santa Magdalena (Móra d’Ebre) durante la intervención arqueológica realizada por la dirección general de Memoria Histórica entre diciembre del 2020 y julio del 2021, junto con otros cuatro cuerpos que ya se habían identificado y devuelto a sus familias, así como nueve amputaciones.
Hasta ahora es la intervención en fosas de la Guerra Civil en Cataluña con más personas localizadas. Además, se encontró material médico, lo que permitió confirmar que el lugar era un hospital militar. «En las fosas intervienen historiadores, arqueólogos, antropólogos y genetistas. Extraemos de todos los restos una muestra de ADN y la cruzamos con el de las familias que nos lo han cedido y que hemos incorporado al programa de identificación genética», explicó Alfons Aragoneses, director general de Memoria Democrática.
Entre los cuerpos se encontraba el de Narcís Mediavilla. «Mi hermano y yo comenzamos a hacer investigaciones en temas de memoria democrática sin muchas ilusiones de encontrar a nuestro abuelo», explicó Xavier Segarra Mediavilla, nieto del soldado republicano. Iniciaron el proceso en 2009 y este año desde la dirección general de Memoria Democrática les informaron que existían posibilidades de que entre los restos encontrados en Santa Magdalena estuvieran los de su ancestro. A través del programa de identificación genética impulsado por el departamento, pudieron comparar el ADN del cuerpo con el de él, su hermano y su tía, hija del difunto.