El primer secretario del PSC, Salvador Illa, quiso estar en Madrid el día de la votación en el debate de investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez. El socialista catalán reunió a sus diputados y senadores en el Congreso y posteriormente pasó por la tribuna de invitados de la cámara baja, junto a otros líderes autonómicos del PSOE, para aplaudir hasta dejarse las manos rojas a su reelegido presidente.
La cosa es que inicialmente, según fuentes del PSC, Illa no tenía pensar en asistir porque tenía otros compromisos en Cataluña. Pero al saber que otros líderes –actuales y pasados– del socialismo español pretendían no ir y remarcar su ausencia como un acto de protesta interna por la política de pactos de Sánchez, su prioridad cambió y confirmó su asistencia. Si era necesario compensar boicots, Illa quería estar ahí. Y es que el PSC y su cúpula se han convertido en el más fuerte y fiel aliado de Sánchez. Además, para el secretario general del PSOE, el consejo de los socialistas catalanes en determinados temas y pactos que van más allá de la amnistía es clave. “Quizás no nos hace caso, quizás nos pide qué haríamos y después hace lo contrario, pero siempre nos consulta. Y eso no ocurre con todo el mundo, ni mucho menos”, asegura un colaborador de Illa.
