La consejera de Territorio de la Generalitat de Catalunya, Ester Capella, es conocida en su partido, Esquerra Republicana, como una de las personas más fieles, disciplinadas y obedientes. De hecho, esto es, en parte, lo que le ha llevado a tener varios cargos institucionales y de representación política. Cuando la semana pasada ERC y el PSOE cierran un acuerdo que incluye cambios en Rodalies (Cercanías), los republicanos lo venden como un “traspaso integral”, como el logro del hito mil veces pedido y como una victoria total.
Pero la literalidad del pacto, mostrada tras las pertinentes ruedas de prensa, contradice parte de estas afirmaciones. Y cuando al día siguiente los periodistas buscan explicaciones y respuestas en una comparecencia de Capella, la consellera se niega a hablar de ello. No quiere dar la cara por algo que no es responsabilidad suya.