SOS Racismo ha valorado positivamente la decisión del departamento de Interior de la Generalitat de Catalunya de expulsar a los seis agentes de los Mossos condenados este lunes por una agresión racista en el 2019 en el Bages. La entidad, que representa a la acusación particular, lo ha calificado de «victoria», pero lamenta que llega tarde, ya que los agentes han permanecido en activo durante todo este tiempo. Sin embargo, SOS Racismo cree que la decisión da un mensaje al resto de agentes para que no lo hagan y legitimidad a quienes quieren denunciarlo «porque no quieren formar parte de un cuerpo policial que tortura». Para SOS Racismo, el caso del joven tinto del Bages es «paradigmático» porque «es un reflejo del racismo policial y judicial» que, según la entidad, genera casos cada semana.
La entidad ha denunciado, de nuevo, todas las trabas policiales y judiciales que se ha encontrado con el caso del joven del Bages. En este sentido, ha recordado que, en un inicio, ninguno de los superiores de los agentes identificó la voz de los condenados, y no fue hasta más tarde, en 2020, cuando se hizo público el audio de las torturas, que accedieron a hacerlo y acabaron identificándolos. También ha denunciado que Justicia propusiera dar la rueda de reconocimiento de los agentes con la cara tapada. Lo que debería conseguirse, según SOS Racismo, es que las administraciones apartaran a los agentes «violentos» de forma ágil y no tener que esperar a que haya una presión social y mediática, porque entonces se llega tarde.
La abogada Lorena Anton ha asegurado que su denuncia ha prosperado porque la víctima pudo grabar las torturas, pero lamenta que otros muchos casos terminan en sobreseimiento por falta de pruebas de la víctima. Por ello, la entidad ha sugerido la creación de un órgano independiente que pueda realizar el seguimiento de los casos de denuncia.
En cuanto a la sentencia de conformidad, que ha hecho que Fiscalía, acusación particular y defensa hayan llegado a un acuerdo mediante el cual los seis agentes han reconocido los hechos, evitando la cárcel, Anton dice que la víctima ha vivido «uno desgaste muy comprensible», y que su objetivo principal era que reconocieran los hechos. «Para él esto no es el punto y final de nada, es el punto para iniciar un proceso de recuperación», ha subrayado Anton.