Josep Martí i Blanch, periodista y secretario de Comunicación del Gobierno de la Generalitat entre febrero del 2011 y enero del 2016. Javier Cercas lo explica en su página semanal en el dominical del diario El País este 27 de agosto. En el artículo, dice que almorzaron juntos no hace mucho y que mientras lo hacían se acercó un hombre a la mesa donde estaban y le dijo al escritor: «El derecho a decidir existe». Cercas le propuso un apretón de manos. El hombre lo aceptó pero añadió: «usted es poco democrático». Y se fue. El escritor había comentado que el derecho a decidir no existe porque simplemente es un verbo transitivo.
Cercas escribe que, mientras intentaba digerir lo ocurrido, pensó “Esto es lo que ha ocurrido en Cataluña: que, víctimas de un envenenamiento masivo, han brotado personas con mentalidad de amo de rancho (o de la plantación) que, imbuidas del sadismo de su propia virtud, se sienten autorizadas a escuchar las conversaciones de sus peones, a violar su privacidad y a interrumpirlos sin el más mínimo escrúpulo, sin concederles siquiera el derecho de réplica, para reñirles por decir en voz alta lo que deberían callar”. La mujer de Cercas, que también estaba en la cena, añadió: «Esto es lo que ha ocurrido en Catalunya».
Cuando se conocieron, la primavera pasada, Josep Martí había comentado a Cercas que “yo estaba en la sala de máquinas donde se organizó el ‘procés’” y “tendrías que aprender a perdonar”. A lo cual, el escritor contestó que “a mí nadie me ha pedido disculpas”.
Tras el incidente con aquel hombre, Martí Blanch le dijo que «en la responsabilidad que yo pueda tener, y en lo que te pueda servir, te pido disculpas por lo que ha pasado». Y Cercas contestó que no es que le sirviera, es que “me sirve muchísimo. Es la primera vez que alguien me pide disculpas”.