Absuelto el acusado de abusar de menores en Vic por defectos de forma en la instrucción del caso

La Audiencia de Barcelona recrimina al juzgado que interrogara al investigado diez meses después de abrir la causa

Audiencia de Barcelona
Audiencia de Barcelona

La Audiencia de Barcelona ha absuelto por defectos de forma al hombre juzgado por supuestamente haber abusado de siete menores de edad de entre cinco y nueve años en una mezquita de Vic mientras les daba clases. La Fiscalía y la acusación particular le pedían más de 42 años de cárcel por abusos y exhibicionismo, pero la sentencia, a la que ha tenido acceso la ACN, resuelve que hubo importantes defectos procesales durante la instrucción del caso, el primero de los cuales fue que la prórroga de la instrucción se hizo cuando ya había caducado el primer plazo.

La apertura del proceso fue el 13 de enero de 2017, pero la prórroga se acordó el 21 de julio del mismo año, ocho días después de expirar el plazo y sin notificarlo al investigado. Además, hasta entonces no se había comunicado la apertura de la investigación al afectado, lo que hizo que su abogado no pudiera participar en el interrogatorio de las víctimas. No fue hasta octubre de 2017, cuando llevaba diez meses abierta la causa, que se comunicó al investigado y se le citó a declarar. Por todo ello, el tribunal considera nulas todas las diligencias hechas desde el 13 de julio de 2017 y, dado que el acusado no había sido notificado ni interrogado, debe ser absuelto, dicen los magistrados.

La Fiscalía sostiene que, en tres ocasiones distintas, en abril de 2016, el acusado buscó contacto físico con siete niñas y niños de entre 5 y 9 años guiado por un «ánimo libidinoso» aprovechando que se acercaban a resolver dudas durante la clase. Según el escrito, el acusado sentaba a los niños sobre sus piernas y los apretaba con fuerza contra su cuerpo; también los besaba, los abrazaba y forzaba «tocamientos innecesarios» de carácter sexual por encima de la ropa, y también se habría tocado ante los menores.

El acusado negó durante el juicio sentir satisfacción sexual alguna cuando abrazaba a los niños, los besaba o se los sentaba en su regazo, y dijo que era su manera de actuar en las clases. El hombre, que hacía de profesor voluntario, aseguró que los niños y las familias le tenían cariño y atribuyó las denuncias que presentaron a la «presión» de la junta de la mezquita, con la que mantenía discrepancias, e incluso habló de «montaje».

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