Un minero alertó antes del accidente en Súria de la caída de una piedra de 20 kilos

El informe judicial constata que esta información no llegó a los tres geólogos que murieron el pasado mes de marzo

Un juzgado de Manresa ha abierto una investigación para aclarar las causas y responsabilidades del accidente a la mina de Súria (Barcelona). El triple accidente tuvo lugar el 9 de marzo pasado y perdieron la vida tres geólogos de 28, 29 y 31 años. Los tres quedaron sepultados por una roca de 1,9 toneladas que se desprendió del techo de una galería el Minador 30, a unos 800 metros de profundidad. El sumario de la causa, que ha avanzado el diario El País, constata que hubo errores en la comunicación y también en las medidas de seguridad adoptadas.

Pocas horas antes del accidente mortal, un minero experimentado dejó por escrito que el techo de la galería era «inestable» y que había habido un desprendimiento de una roca de 20 kilos. Este minero dejó constancia de esta información por escrito en una pizarra y, en concreto, escribió: «Ojo con el techo». Esta alerta, pero, no acabó llegando a los tres mineros muertos, que en aquellos momentos ya se encontraban en el interior de la mina.

La abogada de las familias de dos de los geólogos muertos, Nereida Crespo, ha explicado a laACN que las primeras conclusiones que extraen de forma preliminar de las diligencias judiciales es que el accidente «se hubiera podido evitar si se hubieran tomado las medidas adecuadas, tanto de prevención como de comunicación». Crespo relata que los tres geólogos entraron en la galería «sin tener conocimiento de la incidencia que había pasado al turno anterior y, por lo tanto, desconociendo la inestabilidad de la galería y el riesgo que esto suponía».

Fuentes del Departamento de Empresa de la Generalitat han confirmado a la ACN que el 12 de mayo la subdirección de Minas abrió un expediente informativo a la empresa explotadora de la mina (ICL) para poder valorar si hubo algún tipo de negligencia en el accidente mortal. Lo que se ha hecho es solicitar información para determinar qué pasó y si puede ser constitutivo de un expediente sancionador.

Por su parte, el informe interno elaborado por ICL concluyó que el accidente fue «imprevisible». La dirección de la empresa aseguró que los mineros muertos eran personas experimentadas y que «no había ninguna señal que la pared del techo, en el punto del desprendimiento, fuera inestable». Sí que reconocieron un «error de comunicación», puesto que el turno por la noche había avisado de una incidencia en el techo de una zona próxima, a unos 8 metros, información que no llegó a los geólogos finados.

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