El artículo 53…

Hoy está prohibido difundir propaganda electoral o celebrar actos de campaña. Así lo indica la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), que es la norma que regula todo aquello que afecta a los procesos electorales en España, incluyendo la jornada de reflexión. Aunque no le da este nombre específico, el artículo 53 dice que “no se puede difundir propaganda electoral ni realizarse ningún acto de campaña electoral una vez que esta haya legalmente acabado”, y ya ha acabado. Si se me permite la cursilería, el artículo 53 es como ponerle puertas en el campo. En la era de Internet y las redes sociales, ¿cómo pretendes hacer cumplir esta normativa? Así, el 2007 la Junta Electoral Central (JEC), que es la encargada de organizar las elecciones y velar por su correcto funcionamiento, publicó una instrucción para recordar que la prohibición de difundir propaganda electoral también afecta a Internet y las redes sociales. Bravo.

Me imagino el día de hoy, de reflexión, como la escultura El pensador de Auguste Rodin, que representa al escritor Dante Alighieri pensando la Divina comedia, con el codo derecho apoyado sobre la pierna izquierda, desnudo. Siempre he pensado que no deja de ser una postura incómoda para pensar, pero Rodin sabrá. También me parece una positura incómoda la jornada de reflexión. Reflexión ¿sobre qué?, ¿sobre a quién votar mañana? Después de quince días de campaña -y otros tantos de precampaña-, machucados por mil y un previsibles y poco originales mensajes, lo último que uno quiere hoy es pensar, y menos en política.

Ya puestos, es un buen día, por ejemplo, para releer El Príncipe de Nicolau Maquiavelo, y después reflexionar. En él se habla mucho del odio, tan en boca estos días. Dice, por ejemplo: “Que nadie provoque desórdenes en una ciudad con la ilusión que después podrá frenarlos cómo quiera o canalizarlos según sus deseos”. Dicho de otro modo, como reflexionaba Averroes, «la ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio y el odio lleva a la violencia». Y entonces he pensado en aquello que no se puede votar nunca, mañana tampoco, en aquellos partidos que intercambian odio por un puñado de votos, Vox, por ejemplo. Y he caído que el artículo 53 va muy bien para reflexionar y marcar líneas rojas.

Cómo decía la abogada, escritora, y exprimera dama de los Estados Unidos, Michel Obama: “Tienes que votar: vota, vota, vota. No hay más, es la manera como avanzamos”. Pero no al tuntún, reflexionando.

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