Mañana, domingo 28 de mayo, 5’4 millones de electores están llamados a las urnas para escoger a 947 alcaldes en las elecciones municipales. En Barcelona, la alcaldable de BComú, Ada Colau, el candidato del PSC, Jaume Collboni, y el de Junts, Xavier Trias, llegan casi empatados a la cita electoral del 28-M. Esto hace que los tres tengan la mirada puesta en los pactos postelectorales, puesto que se prevé que continuará siendo un consistorio fragmentado en el que ninguna de las candidaturas se acercará a los 21 regidores que marcan la mayoría absoluta del Ayuntamiento de Barcelona.
Colau aspira a un tercer mandato y ofrece acuerdos a PSC y ERC, pero Collboni marca distancias respecto a la alcaldesa. Trias se compromete a no intentar ser alcalde si no es la fuerza más votada y, en cambio, Maragall no lo descarta. Paralelamente, hay una batalla entre PPC, Cs y Valents para ver quién aglutina el voto de la derecha no independentista.
Pactos postelectorales
La alcaldesa ha ofrecido abiertamente pactos a PSC y ERC y su objetivo es revalidar un tercer mandato en la alcaldía de Barcelona. Se jacta de ser la alcaldable que pone más claramente sobre la mesa sus cartas de cara a los pactos postelectorales.
A lo largo de la campaña electoral, Colau ha criticado que Collboni, reniegue de parte de las políticas municipales cuando él ha formado parte de su gobierno como primer teniente alcalde hasta enero del 2023. En aquel entonces Collboni dejó el cargo para centrarse en la carrera electoral. Por ello, Colau le acusa de haber abandonado sus responsabilidades.
El candidato de lista de los socialistas es crítico con políticas como movilidad y vivienda del último mandato. En los últimos días se ha desmarcado del gobierno municipal. En campaña también ha asegurado que no buscará ser alcalde ni socio minoritario si no queda primero en el 28-M: «Si uno pierde, va a la oposición».
«Nueva operación de estado»
Ernest Maragall ganó las elecciones municipales de hace cuatro años, empatando con Ada Colau con 10 regidores, pero superándola por más de 4.000 votos. Ha dedicado buena parte de la campaña a denunciar el «pacto de la vergüenza» que impidió que fuera alcalde, en referencia al apoyo del PSC y de los tres regidores de Barcelona por el Cambio en la investidura de Colau. Ha alertado del riesgo de que ahora haya una «nueva operación de estado», un posible pacto de la «sociovergencia» con el apoyo del PP.
Xavier Trias se presenta a los comicios del 28-M como revulsivo, apelando al voto útil contra la alcaldesa. Si no consigue recuperar la alcaldía, ha dejado claro que «no se quedará calentando la silla». Garantiza que los pactos postelectorales los elegirá él y no Junts: «Quién decide es quien lidera estas elecciones», ha afirmado.
