SOS Racismo alerta en un artículo publicado en su web de que, de 1.271.810 personas extranjeras que residen en Cataluña, solo un tercio podrá votar estas elecciones municipales del 28-M. La asociación destaca que el derecho a voto activo y pasivo «forma parte indisociable del conjunto de derechos civiles y políticos», y señala que restringir el voto a los ciudadanos extranjeros es «una aplicación selectiva y una contradicción evidente ante los principios de igualdad y no discriminación».
«La condición de ciudadano viene otorgada por cada Estado solo a sus connacionales», recuerda SOS Racismo, que destaca que la restricción del derecho a voto a las personas con nacionalidad extranjera es «una muestra más del racismo institucional». «Un Estado que deniega el derecho de voto a una parte de la población nunca será plenamente democrático», añade el escrito, que considera que esta restricción también supone una «mayor impunidad a la aparición de discursos y propuestas racistas durante las campañas electorales, donde las personas con nacionalidad extranjera se convierten en un chivo expiatorio para quien busca ganar y/o no perder votos».
Por todo esto, SOS Racismo pide que el derecho a voto activo y pasivo no esté ligado a la nacionalidad, sino «a la residencia reconocida mediante el empadronamiento», hecho por el cual la asociación reclama que se reinterprete el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, «entendiendo que la ciudadanía se refiere e incluye también a todas las personas residentes en un Estado, independientemente de su nacionalidad».