El CIC reclama que los medios que publican artículos que difunden el odio no reciban ayudas públicas

El Consejo de la Información de Cataluña lo recuerda a raíz de la aparición en 'El Nacional' del artículo 'Permiso de armas' de Enric Vila

Article d'Enric Vila a ElNacional.cat que el Consell de la Informació de Catalunya considera que difon l'odi

El Consejo de la Información de Cataluña (CIC) ha recordado en un comunicado publicado el pasado 5 de mayo que «el periodismo no puede incitar el uso de la violencia ni situarse en posiciones xenófobas ni avalar el discurso del odio». Lo ha hecho como resultado de unas “reflexiones a raíz del artículo ‘Permiso de armas’, de Enric Vila, en ElNacional.cat”. Este artículo se había publicado dos días antes en el digital que dirige José Antich. Además, el CIC recuerda su exigencia de que «este supuesto periodismo no reciba ayudas de dinero público».

El organismo que vela por el cumplimiento de los principios de ética profesional periodística contenidos en el Código Deontológico aprobado por el Congreso de Periodistas en 1992 afirma que no “se puede considerar que el derecho a la opinión y a la libertad de expresión puede amparar llamamientos públicos al uso de armas. Y más cuando esa opinión está basada en informaciones sin ninguna garantía de veracidad”. Enric Vila comienza el artículo con la conversación con un joven «que lleva una cicatriz que le atraviesa la cara de lado a lado». «Se la hizo un marroquí en una batalla campal en el pueblo», explica. Dice que no quiere poner nombre a su interlocutor y al pueblo donde se produjo la pelea pero escribe que “el caso es lo suficientemente general como para que suene familiar en otros lugares de la Catalunya interior que eran prácticamente homogéneos cuando empezó el proceso independentista. En los espacios hermosos y concurridos del pueblo el aire puede cortarse con un cuchillo. Los marroquíes van en grupo y miran a los catalanes con una mezcla de miedo y desafío. Su mirada y su lenguaje corporal me lleva a pensar en escenas que había visto en algunas zonas de Barcelona en los años setenta. Pero sobre todo me remiten a las historias sobre la FAI que me contaban mis abuelos -y los abuelos de mis amigos”.

“Dice que tiene suerte de tener la violencia integrada en su vida porque los marroquíes son «cañeros». «Si ven que tienes miedo, estás jodido», se explica, supongo que dando a entender que sólo respetan el coraje físico y la fuerza bruta”, continúa el artículo. “Mi corresponsal se ha sacado el permiso de armas (…). No es el único catalán que conozco que se ha sacado el permiso de armas en el último año (…). Mientras la propaganda de la ANC hablaba de controlar el territorio, las grandes familias de empresarios ligadas a los partidos procesistas iban importando a trabajadores de todo el mundo sin ningún control político”, son otras frases contenidas en el mismo.

A continuación, Vila pregunta a su interlocutor cómo vivieron los marroquíes el proceso independentista y la respuesta que recoge en su escrito es “Se mantenían al margen. A veces me daba la impresión de que pensaban ‘Si vienen los españoles y liquidan a unos cuantos, habrá más trabajo para nosotros’”. Y deduce que «me parece que ahora entiendo mejor la sensación de inseguridad visceral que los murcianos, los andaluces y la policía producían en mis abuelos y mis padres antes del despliegue de los Mossos y de la presidencia de Montilla».

“Permiso de armas” termina así: “Como ya sucedió en el siglo pasado, el país se va llenando de trabajadores que vienen de sociedades violentadas por la dictadura y por el despotismo. Y me temo que tendremos que cambiar nuestra relación con la violencia y la agresividad, si no queremos que la historia nos vuelva a pasar por encima. Es una situación muy venenosa y deberemos controlar el miedo y encontrar una combinación de cojones, inteligencia y entendimiento refinadísima”.

En su reflexión, el CIC hace referencia al artículo 12 del Código Deontológico, que señala que “no se puede discriminar a ninguna persona debido a su condición sexual, discapacidad física o mental, creencias, origen étnico, nacionalidad y extracción social. Asimismo, deben evitarse expresiones vejatorias que puedan incitar al odio y al uso de la violencia. Los periodistas deben ser especialmente sensibles con la diversidad y actuar con sentido de justicia y respeto a las personas y grupos afectados”. “El artículo de ElNacional.cat no tiene cabida dentro de la legítima crítica política que ejercen los medios desde cualquier posición e ideología. Por el contrario, creemos y denunciamos que el artículo es un claro exponente del discurso del odio, tal y como lo define la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia”, se lee en el comunicado del CIC, que acaba haciendo “un llamamiento a la Administración para que este supuesto periodismo no reciba ayudas de dinero público”, tal y como aprobó en octubre de 2021 en una nota firmada también por el Colegio de Periodistas de Cataluña y once universidades que imparten estudios de Periodismo y Comunicación en Cataluña.

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