Los días de lleno en el Parlamento de Cataluña suelen empezar a las 9 en punto de la mañana. Si es día de sesión de control, los consejeros se sientan todos en sus butacas desde primera hora. Si, como el pasado jueves, comienzan con interpelaciones, pueden estar por el hemiciclo o entre los despachos a la espera de que les toque intervenir. En cualquiera de los casos, si hay pleno, suelen correr por el Parlamento todos los miembros del Gobierno, y más si tienen algún punto destacado que les toca a ellos o a sus competencias.
Era el caso del consejero de Acción Social, Carles Campuzano, que se enfrentaba el pasado jueves a dos mociones que pedían reprobarlo y rodeaba por el Parlamento como otros compañeros. ¿Y qué hacía él a las 9 de la mañana mientras comenzaba el pleno? Pues el consejero publicaba en su perfil de Twitter el resultado de una de esas aplicaciones que religa el algoritmo, y desvelaba que su ‘gemelo’ de Twitter era el consultor y profesor universitario Marc Arza. Una acción más propia de un adolescente aburrido en el instituto que de un consejero que se enfrenta a la reprobación de su Parlamento por el comportamiento político que ha tenido.