Irene Ruiz, jugadora del equipo de Superlliga del Voleibol Sant Just, paró los entrenamientos y las competiciones cuando le detectaron un linfoma mediastínico. Superado el tratamiento con éxito, Irene volvió al Club, pero el equipo técnico desconocía como gestionar su incorporación. En declaraciones a EL TRIANGLE, la presidenta del Voleibol Sant Just, Reyes Calzada, explica que “el día que volvió a la capitana de nuestro primer equipo, realmente, no sabíamos cómo hacerlo. No la acompañaron. Ahora, con todo lo que sabemos, habríamos hecho que su preparador físico le programara sesiones adaptadas y ahora este es nuestro objetivo para otros jóvenes”.
La voluntad, según Reyes, es que “si se detecta un caso dentro de un club, se pueda hacer acompañamiento y no se abandone el vínculo”. Se quiere que los preparadores físicos estén formados para acompañar las jugadoras y puedan seguir con la práctica deportiva habitual en el menor tiempo posible. “Todo el mundo con cáncer tiene que poder hacer su vida normal, haciendo deporte cerca de su casa, y no en un centro específico”, según explica Reyes Calzada. Para conseguirlo, hay todo un equipo de personas trabajando en este reto, desde diferentes ámbitos.
Marcelo Ruz, director de la Associació Càncer de Mama y Ovari Hereditari (AMOH) expone a EL TRIANGLE que han buscado el apoyo del Consell Superior d’Esports y de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) para fomentar la práctica deportiva tanto entre las pacientes con cáncer como entre la población en general, como acción preventiva. Según estudios publicados, hacer deporte durante el tratamiento oncológico reduce los efectos de la quimioterapia, mejora el estado anímico y “te engancha a la vida”. Marcelo Ruz explica: “Mi mujer tuvo un cáncer y sentía que la habían expulsado de la vida”. Trabajando junto a oncólogos y hematólogos a través de protocolos adaptados a cada tipo de cáncer se quiere promover que la mujer esté activa físicamente durante el tratamiento y no se sienta aislada.
Durante estos meses, un grupo de expertos trabaja en la elaboración de este protocolo genérico para que sea una herramienta útil para los profesionales de la oncología y la hematología. Posteriormente, se trabajará con diferentes asociaciones y profesionales especializados para adaptar el protocolo marco a los diferentes tipos de cáncer. El director de AMOH concreta que en junio ya se podría disponer de este protocolo, y después se harán las adaptaciones. “No es lo mismo el cáncer de mama o el cáncer de pulmón para la práctica deportiva. En el caso de un tratamiento ginecológico, que afecta mujeres más grandes, el pádel o el squash va muy bien. En cambio, la marcha nórdica o el remo son de gran utilidad en el cáncer de mama. Hay una modalidad de piragüismo, denominada dragon boat, que va muy bien para las mujeres con cáncer de mama”. Según exponen desde la asociación, quieren promover becas para estudiar con más profundidad todos estos temas y hacer una buena adaptación deportiva al diagnóstico existente.
A escala preventiva, el acuerdo entre el mundo deportivo y el médico también busca revertir lo que los estudios alertan: las mujeres que no hacen ningún ejercicio físico durante la semana tienen un 71% más de riesgo de sufrir un cáncer de mama. Si se tiene en cuenta que SEOM alerta que una de cada ocho mujeres tendrá un cáncer de mama a lo largo de la vida, “ponte las bambas ya y ponte a hacer ejercicio físico”, concluye Ruz.
Con la voluntad de cambiar hábitos desde la base y estandarizar un acompañamiento a jugadoras con cáncer, el Club Voleibol Sant Just forma parte de un programa piloto. La hematóloga y presidenta del club, Reyes Calzada, explica que el modelo del Club se quiere extender al resto de clubes deportivos de España, a través del Consell Superior d’Esports, y reducir así consumos de tabaco o alcohol y mejorar hábitos alimentarios y deportivos. A través de una web, habrá programas de formación y de acompañamiento, aplicables a cualquier equipo. Cuanto más práctica deportiva, menos riesgo de tener un cáncer y mejor recuperación en caso de sufrirlo.
