Como es habitual, la noche del último domingo de marzo, este año la noche del 25 al 26 de marzo, será la del cambio de la hora al horario de verano. Hay que adelantar el reloj una hora en la madrugada del día 26: a las 2:00 horas pasarán a ser las 3:00.
Lo más cómodo es adelantar los relojes antes de ir a dormir para levantarse el domingo con la hora real. Amanecerá y anochecerá una hora después y tendremos más tiempo de luz solar por las tardes.
Algunas de las consecuencias probables por el cambio de horario son fatiga, cansancio general, somnolencia durante el día, dificultad para conciliar el sueño por la noche, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento físico e intelectual.
Según los expertos a favor del cambio horario, supone un ahorro energético y económico. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha indicado que se aprovechan más las horas de sol, así que no se consume tanta energía eléctrica. A nivel económico, el ahorro es de seis euros al año por hogar, es decir, 1.444 millones de euros en total en los 24 millones de hogares del país.