Graves sospechas de pucherazo en las nuevas elecciones a la Federación Catalana de Fútbol

El Tribunal Catalán del Deporte reclama el expediente de las votaciones celebradas el 13 de febrero pasado

Joan Soteras

La Federación Catalana de Fútbol (FCF) es, desde hace años, un nido de conflictos. Maneja un presupuesto de 27 millones de euros y esto hace que sean muchos los intereses que están en juego, empezando por las jugosas remuneraciones y dietas que se embolsa la cúpula de la entidad.

El 22 de mayo del año pasado, se celebraron elecciones para elegir la junta directiva de la FCF. Pero el Tribunal Catalán del Deporte (TCD), después de una laboriosa investigación, procedió a su anulación, al constatar que, como mínimo, se habían computado 175 votos irregulares.

Las nuevas elecciones se fijaron para el 13 de febrero pasado. Según los resultados oficiales, las ganó el hasta ahora presidente, Joan Soteras (foto), con 503 votos; en segunda posición quedó el candidato Juanjo Isern, con 335 votos.

Pero, del mismo modo que ya pasó con las elecciones del año pasado, estas también han sido impugnadas ante el TCD. Y es que, según Juanjo Isern, en las votaciones del 13 de febrero se produjeron numerosas irregularidades que ponen en cuestión la validez de los resultados.

Hasta el punto que, durante la jornada electoral, los Mossos d’Esquadra hicieron acto de presencia en varios centros de votación, ante las denuncias de pucherazo que se formularon. De momento, el TCD se ha dirigido a la junta electoral de la FCF para que le libre el expediente con toda la documentación referida a la celebración de las elecciones.

Se sospecha que puede haber más de 200 votos presuntamente manipulados, cosa que adulteraría el resultado de estos comicios. Según un presidente de club afín a la candidatura de Juanjo Isern, “si en las elecciones del año pasado hubo irregularidades, esta segunda vez, el escándalo ha sido mayor todavía”.

En los próximos días, el TCD procederá a revisar los votos emitidos para constatar que se haya respetado escrupulosamente la normativa electoral. En estos comicios tenían derecho a voto los presidentes de los 1.220 clubes que están federados y, en caso de no poder asistir, podían votar los vicepresidentes, siempre que sus poderes estuvieran acreditados mediante un acta notarial.

La normativa es clara, pero, según Juanjo Isern, fue vulnerada escandalosamente por la candidatura de Joan Soteras. El rosario de irregularidades denunciadas ante el TCD es grave:

*Miembros de las mesas electorales que no estaban habilitados.

*Candidatos de Joan Soteras que estaban en mesas electorales.

*Presidentes de clubes, debidamente acreditados, que no pudieron votar.

*Clubes inactivos a los cuales se permitió votar.

*Reparto de más de 100 actas notariales, en la entrada de los colegios electorales, a los afines a Joan Soteras.

*Obstaculización de la tarea de los interventores de Juanjo Isern para comprobar la identidad de los votantes.

Al TCD se le acumula el trabajo. Y todavía tiene que resolver un recurso, previo a las elecciones, donde se pedía la inelegibilidad de Joan Soteras. Resulta que el TCD decretó la nulidad de las elecciones del año pasado el 12 de enero, pero Joan Soteras, en vez de dimitir inmediatamente para postularse como candidato, continuó ejerciendo como presidente hasta el 30 de enero.

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