El reciente vídeo con el que una enfermera mostró en TikTok su falta de disposición a acreditar el nivel C1 de catalán para obtener una plaza por oposición indignó a muchos independentistas, hasta el punto de pedir que fuera despedida por supuesta catalanofobia, y el consejero de Salud, Manel Balcells, anunció que se le abriría un expediente.
Pocos días después, usuarios de Twitter han hecho correr un comentario de rechazo a la obligación de tener que acreditar el nivel de catalán, publicado en Facebook por una de las figuras independentistas más conocidas, el economista Xavier Sala-i-Martin, ante la propuesta en este sentido del entonces consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet.
Era el año 2010 cuando este referente del sector independentista más cercano al espacio de la antigua Convergència aseguraba que «si me obligan a hacer un examen de catalán, simplemente dejaré la universidad catalana de forma inmediata». Más o menos, la misma postura que trasladaba la enfermera cuando decía que «el C1 de catalán se lo va a sacar mi madre».
El eco del rechazo de Sala Martín ha resonado ahora, pero no despertó hace 13 años, ni mucho menos, el jaleo ni el tipo de comentarios que han dirigido muchos de sus correligionarios contra la enfermera. Aquellos, hay que decirlo, eran años pre-procés y las redes no eran tan inflamables.
Además, una reflexión de Sala-i-Martin atacaba frontalmente los argumentos esgrimidos por el independentismo contra la enfermera -en particular, considerando el déficit de estas profesionales en la sanidad catalana-: «Para dar clases de economía lo que se debería acreditarse es que el profesor sabe economía y no la lengua en la que se enseña la economía, especialmente porque la universidad catalana nunca será líder mundial en nada si su profesorado se limita a personas que hablen catalán» .
