¿Vale la renovació anunciada de Marcos Alonso?

Marcos Alonso

El pasado 27 de enero, el FC Barcelona anunció el acuerdo de renovación del defensa Marcos Alonso por una temporada sobre su actual contrato, que finalizaba el 30 de junio de este año. De acuerdo con la información facilitada por el club, se ha impuesto una cláusula de rescisión de 50 millones.

Al acto de renovación, en las oficinas del club, asistió la plana mayor deportiva y económica con el presidente Joan Laporta a la cabeza, acompañado del vicepresidente primero, Rafael Yuste, el vicepresidente del Área Económica, Eduard Romeu, el director de Fútbol, Mateu Alemany, y el director deportivo Jordi Cruyff.

Es decir, con todos los honores y, por lo visto, sin ningún problema de inscripción de su nuevo contrato, a diferencia de las complicaciones que sí han sufrido el nuevo contrato de Gavi, finalmente inscrito por la precipitada decisión de un juzgado mercantil de Barcelona -una medida cautelar, no definitiva-; el de Araujo, pendiente de poder ser aplicado; y la ampliación de Balde, también en stand by.

La foto fue publicada en la web del club y la noticia difundida ampliamente por los canales oficiales y reproducida por los medios de comunicación que, sin embargo, no se hicieron eco de la información del espacio Què t’hi jugues? (SER) de cuarenta y ocho horas más tarde, precisando que LaLiga no puede inscribir ese contrato de Marcos Alonso por la misma razón que el resto, porque en la previsión del Barça para la próxima temporada el límite salarial está excedido en más de 200 millones.

El motivo de escenificar con tanta pompa un acción aparentemente inútil responde al compromiso alcanzado con el jugador y su agente Fali Ramadani de renovarlo antes del final de enero, cuando el futbolista podía negociar como agente libre irse a otro club a partir del 30 de junio. Era una obligación contractual y penalizada si no se cumplía debido a que en verano Laporta sólo pudo ofrecerle un contrato por una temporada por el mismo motivo del margen salarial ajustado a lo que dieron de sí las palancas.

Ahora, como no puede vender más activos y, al contrario, deber reducir en 200 millones la masa salarial, la solución de Laporta va en la dirección opuesta, aumentándola con un contrato que según esa información no tendría validez a efectos de LaLiga, pero que, seguramente, impide que Marcos Alonso pudiera denunciar el acuerdo privado de renovación firmado en su momento.

La llegada de Marcos Alonso es la que provocó su día el revuelo informativo por la presunta intervención en la operación de Raúl Verdú, un agente de jugadores asociado a Guim Laporta, el hijo del presidente Joan Laporta, que no fue negada, aunque sí parcialmente esclarecida, por el compliance del club en el sentido de que Guim Laporta en ningún caso había participado ni obtenido beneficios directamente de club.

Lo que también es innegable es que cuando se convalide esa ampliación de contrato de Marcos Alonso, un pellizco importante irá a parar a manos de su representante, sea cual sea la estructura con la que trabaja Fali Ramadani y el porcentaje cerrado a favor de Top Level Football 77, de Raúl Verdú.

La pregunta es si Marcos Alonso está renovado, o no.

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