Junts per Catalunya no ha digerido la decisión de salir del Govern

Han tardado unos cuántos meses. Hasta ahora siempre lo habían negado. Y más, en público. Pero ahora, finalmente, una voz autorizada de Junts per Catalunya (JxCat) admite públicamente que la decisión del partido de abandonar el gobierno catalán supuso una lucha interna dura, una fuerte división y una constante discusión que se ha arrastrado, como mínimo, hasta hace muy poco.

La sesión de control al presidente de la Generalitat del pleno del Parlament de la semana pasada se hizo en medio del tira y afloja del Govern con el PSC por los Presupuestos. A su vez, en las preguntas en el jefe del ejecutivo, el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet, quiso reprocharle a Pere Aragonès esta negociación, su papel en la cumbre hispano-francesa y su “debilidad” en la hora afrontar las huelgas sanitaria y educativa.

Para rematar su argumento, Batet se soltó y aseguró que con esta manera de hacer del presidente “había acabado con el debate interno sobre la salida del Govern de Junts”. Si la controversia acababa ahora, esto quiere decir que existió, y mucho, hasta aquel momento. Autoenmendarse siempre está bien, y más si es aireando que antes habían mentido.

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