¿Por qué Xavi parece seguir todavía en la cuerda floja?

Joan Laporta y Xavi Hernández
Joan Laporta y Xavi Hernández

La prensa laportista ha producido un subgénero interesante y estrechamente ligado con el entrenador azulgrana, Xavi Hernández, que cuenta con un lobby mediático fanatizado y también con una destacada, aunque silenciosa por el momento, división de periodistas y compañeros de viaje de Laporta. Estos, como el mismo presidente, se conformaron en aquel momento con la única opción posible y a mano para sustituir a Koeman, aunque ni les entusiasma ni lo consideran el técnico ideal.

Algunos informadores cercanos al presidente han llegado a escribir que Laporta sabe que lo acabará echando porque no ni le gusta ni le convence prácticamente nada de su forma de trabajar y de dirigir los partidos. Lo aguanta porque tampoco se queja cuando le fichan tres extremos derechos o ningún lateral izquierdo o centrales con apenas futuro ni recorrido. Tampoco está Xavi, por los resultados, en condiciones de exigir demasiado, menos aún habiendo admitido que este año tiene un “plantillón”.

Por otro lado, los partidarios de Xavi, recalcitrantes, empezaban a sentirse desesperados tras dos eliminaciones en la Champions y cero títulos hasta que, el domingo pasado, se desataron con el triunfo sobre el Real Madrid en la Supercopa de España. La exagerada e infantil reacción puede condensarse en este texto de uno de sus militantes más entregados: “El Barça que arrasó al Madrid fue el Barça de Xavi. Ni cambió el estilo, ni traicionó el modelo, ni enterró el tiki-taka, ni aparcó el ADN. Todo eso no depende de un cambio de dibujo. Y el Barça de Riad fue un fiel reflejo de lo que quiere Xavi, de las famosas 4P que repite siempre desde que es entrenador. Presión, Posesión, Posición y Precisión. Que a veces no salga no le convierte en resultadista, pero su filosofía no ha variado nada. Y en la final de la Supercopa el Barça presionó, tuvo la posesión, dominó el juego de posición y fue preciso. El plan de Xavi salió a la perfección. El modelo, una vez más, sale reforzado. Aunque algunos no lo quieran ver”.

Mensajes con indirectas y reproches que unos y otros harían bien en aparcar hasta final de temporada, pues, por ejemplo, podría escribirse todo lo contrario del mismo equipo de Xavi por su balance de juego en el último partido de Liga en el Metropolitano o en la semifinal de la Supercopa ante el Betis, donde no hubo presión, posesión, posición ni precisión, lo mismo que en tantos partidos mediocres de un equipo que aún no ha levantado la voz en Europa porque le falta recuperar el peldaño competitivo que perdió tras echar a Messi.

Afirmar que el Barça del domingo sí es el de Xavi y obviar el resto de sus muchas caras, algunas amargas, acaba provocando este tipo de radicalización entre los opinadores y gente influyente de ambos bandos. Lo más sensato sería aplicar una actitud más prudente, contemplativa y profesional, con menos prejuicios y una visión más a largo plazo que no dispare, en función de resultado, ni críticas fuera de lugar ni halagos cegadores. Los balances, en fútbol, no pueden realizarse seriamente hasta final de temporada. Ni eso han aprendido muchos todavía.

(Visited 95 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

avui destaquem

Deja un comentario