¿Por qué Laporta solo cortó el contrato de Matheus en 2021?

Joan Laporta
Joan Laporta.

El desenlace del caso Matheus Fernandes, jugador promesa del Barça que fue despedido de forma fulminante por Laporta en verano de 2021, desvela hasta qué punto la guerra de intereses en la trastienda del fútbol es capaz de generar conflictos y situaciones delirantes.

Como resultado de echar a un jugador con contrato en vigor, el Barça de Laporta ha sido condenado a pagar íntegra la ficha que el jugador tenía por contrato, en total 8,5 millones (7,7 millones de euros y 810.000 más por lo que se considera un despido improcedente).

Era evidente que el portazo traería estas consecuencias, pues el incumplimiento difícilmente podría se excusado ante un juez por ninguna causa objetiva, ya que no mediaron, por parte del jugador, motivos de indisciplina ni mal comportamiento más allá de que no jugara apenas en el primer equipo.

Las circunstancias se han ido aclarando cuando se ha sabido que fue un fichaje recomendado en su día por un agente brasileño contratado por el Barça, André Cury, a lo largo de un periodo concreto dentro del mandato de Josep Maria Bartomeu.

Cuando Laporta llegó a la presidencia, además de no querer saber nada de él ni de sus posibles contactos o consejos, decidió cortar de raíz toda relación, incluida la continuidad de un futbolista recomendado poco antes por Cury y comprado al Palmeiras por 7 millones.

En realidad, la decisión fue un golpe de (mal) carácter del presidente, según todos los indicios, provocado por las malas relaciones personales (o puede que profesionales) entre ambos por asuntos y cuentas pendientes del pasado, y por el dolor de las cicatrices provocadas.

Una compulsión que, añadida a la no menos inquietante habilidad de los servicios jurídicos de Pere Lluís Mellado, ha dado como resultado otro palo a las finanzas del club.

Lo más inteligente, práctico y recomendable hubiera sido, si el futbolista no daba el perfil para seguir creciendo, buscarle una cesión o un traspaso, como se hace con las decenas de futbolistas que, de un modo u otro, llegan cada año a estar bajo el control del Barça y nunca llegan ni siquiera a debutar con la camiseta del primer equipo, ni siquiera a entrenar.

El centrocampista brasileño fue el único futbolista en nómina del Barça despedido durante el verano de 2021, extremo que confirma la singularidad de una decisión que, de momento, ha tenido consecuencias nefastas para la entidad.

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