El centro residencial de atención educativa (CRAE) Voramar, destinado a acoger a niños de 4 a 14 años nacidos en Cataluña que no pueden ser atendidos por sus padres, no se podrá trasladar de momento a la localidad de Els Pallaresos (el Tarragonès), donde la instalación de este equipamiento de la Generalitat se ha encontrado con una fuerte oposición vecinal y oficial.
El Ayuntamiento, encabezado por el alcalde del PSC Jordi Sans, se ha justificado en declaraciones a El Periódico manifestando que no es un problema de falta de solidaridad o de comprensión de la labor social, sino de la falta de opciones de ocio que el municipio tiene para los menores, comparado con Tarragona, donde el centro se encuentra todavía, en el barrio del Serrallo.
Obligada al traslado por la rescisión del alquiler por parte del propietario del inmueble usado por el centro hasta ahora, la empresa gestora, Intress, halló un inmueble de 1.500 metros cuadrados disponible en Els Pallaresos, pero el consistorio ha suspendido la concesión de licencias de obra por un año, añade el mismo diario.
Esta decisión obliga a la Generalitat a esperar un año para la tramitación, de entrada. Según el alcalde Sans, no se adoptó para frenar al CRAE, sino que ese efecto «es pura coincidencia». El Ayuntamiento, por otra parte, organizó este otoño una consulta para conocer la opinión de los vecinos, que se decantaron abrumadoramente por el no al CRAE con una participación del 15%, según los datos publicados por el propio consistorio.
En las calles, recoge también El Periódico, se han producido manifestaciones y pintadas de rechazo al CREA, que algunos vecinos vinculan con problemas de convivencia y temen que dé lugar a un auge de los delitos, si bien la asociación de vecinos del Serrallo asegura que no han tenido ningún problema con los menores atendidos viviendo en su barrio.