El Spotify no sólo se llena por la ‘ilusión’ y porque ha empezado “una nueva era”

Joan Laporta ha incumplido también su promesa de ampliar el beneficio del Seient Lliure a los socios y ha aplicado el programa electoral de Toni Freixa, que estimula el uso del abono bajo la amenaza de perderlo

Aficionats del Barça al Camp Nou

El sábado en el Camp Nou se registró la segunda mejor entrada del curso con 88.095 espectadores, una ocupación sólo superada por los 92.605 del partido Barça-Almería, el último antes del parón del Mundial, en una noche muy señalada que coincidió con el último partido de Gerard Piqué.

Existen, sin embargo, otros factores que a menudo omite la lectura superficial y oportunista de la prensa laportista, que sólo explica estas cifras realmente positivas, con una media superior a los 80.000 espectadores por partido, en base a ese recurrente argumento sobre el regreso de la ‘ilusión’ y del ‘reenganche’ de la afición barcelonista al proyecto de Xavi Hernández.

Sin duda, esa tracción forma parte obligada de esta mejora sustancial de la respuesta del público a una inversión extraordinaria en fichajes y a esa fe que los barcelonistas depositaron en Joan Laporta cuando lo votaron el 7 de marzo de 2020 con la promesa no sólo de renovar a Messi sino de rehacer en torno a su figura un equipo nuevamente competitivo y hegemónico en el concierto del futbol internacional.

Sucede, sin embargo, que la traducción de esa renovada ilusión en un aforo destacado en los partidos del Camp Nou no se produjo hasta finales del curso pasado, curiosamente cuando el equipo de Xavi ya no aspiraba a ningún título. La junta de Laporta rebajó sustancialmente el precio de las entradas al turismo y fomentó, entre sus “penyes” leales y amigos, miles de entradas de aficionados entusiastas y entregados, pues se trataba de mitigar el menor efecto de protesta o de decepción por una temporada en blanco, pese a las expectativas de los cuatro fichajes de invierno y la oportunidad de disputar la Europe League, de tan nefasto recuerdo por la humillante eliminación a manos del Eintracht.

Igualmente, debido al aforo reducido en los primeros partidos de temporada, los 20.000 abonados en excedencia y la supresión del Seient Lliure, la asistencia cayó un 28% respecto a los de la temporada previa a la covid-19 (temporada 2018/19), con una media de 55.026 espectadores. La caída de asistencia de personas abonadas fue del 40% y la de público general y otros del 17%.

El estímulo social del Seient Lliure había sido clave los últimos 15 años, pues permitía aprovechar el tirón del gran equipo azulgrana y a los abonados autofinanciarse su localidad. Por tanto, la puesta en funcionamiento otra vez del Seient Lliure ha revitalizado un mercado que, además, está sujeto a nuevas reglas, las que precisamente la junta de Laporta aprobó en verano para evitar el efecto del desencanto y, en general, la predisposición histórica de 25.000 socios abonados del Barça a poner a la venta su asiento cada partido.

La directiva quería evitar, fuera de los meses de mayor ocupación turística, señal alguna de desafección si las cosas no iban del todo bien. Así, por primera vez en la historia del FC Barcelona, se aprobaron dos medidas de tipo coercitivas: la primera, que a los abonados que no asistan, cedan o liberen su asiento en 10 partidos se les aplicará el Seient Lliure Invers, lo que significa que a partir de ese momento su localidad se pone a la venta por defecto y sólo se recupera el derecho a usarla si el titular no lo reclaman antes de 72 horas del inicio de un partido; y la segunda, la pérdida de la condición de abonados a quienes no lo usen en toda la temporada, una cifra que supera el millar largo de socios.

Efectivamente, el temor a perder el control del abono y, especialmente, la recuperación del gasto vía Seient Lliure han obrado ese notable incremento, sobre todo respecto de la del año anterior, cuando la ‘ilusión’ del primer proyecto de Laporta, sin Messi, no fue suficiente ni sirvió para ese ‘regreso’ mayoritario del público. La llegada de Lewandowski y de seis fichajes más han redondeado y amplificado, desde luego, ese efecto llamada.

Otra cosa es que el paquete de medidas adoptado estuviera en el programa electoral de Laporta. Para nada, pues ni él ni tampoco Víctor Font conocían ni habían detectado y abordado la negativa influencia del Seient Lliure a la larga y su efecto ‘vago’ y reductor no sólo del número de espectadores sino de ‘barcelonistas’ en las gradas.

Sólo Toni Freixa había elaborado un amplio análisis de esta realidad y prometido, exactamente, una regulación en los mismos términos que lo ha hecho ahora Laporta, a la fuerza y obligado a tapar errores propios, eso sí como iniciativas originales y en respuesta a su sensibilidad social.

¿Cómo era el Barça de Laporta según su programa electoral en este ámbito concreto? Su propuesta cabe en apenas unas líneas: “Descuentos en entradas, tienda oficial y Museu, gratuidad del primer año en Barça TV+, sorteos de experiencias VIP, carné físico y virtual en la app”.

Y en cuanto al Seient Lliure afirmaba que “seremos socios de los socios. El club es de los socios y las socias y ellos y ellas deben poder participar del negocio generado por el Seient Lliure. No limitaremos sus ingresos. Actualmente, hay un límite al 95% del abono, impidiendo que muchos socios, una vez alcanzado el límite, no liberen el asiento. Estableceremos una nueva modalidad: Barça Fan, que tendrá un coste de 30€ año. Queremos llegar y generar sentimiento de pertenencia a los cerca de 600 millones de fans y seguidores de todo el mundo”.

La directiva de Joan Laporta ha ratificado en asamblea, telemática, ese límite del 95% de reversión del abono y en cuanto al resto, todo parecido con la realidad ya se ve que es pura coincidencia. Ninguna sorpresa.

En el partido contra el Espanyol, por cierto, la directiva volvió a suprimir el carnet infantil que garantizaba la gratuidad de al menos 3.000 hijos de los socios en este tipo de partidos, especialmente importante en épocas como la Navidad de pausa escolar. Esa había sido una herencia de la anterior junta. Esos asientos se pusieron a la venta a precios de entre 184 i 79 euros.

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