El colectivo canadiense Citizen Lab, que publicó el 18 de abril el informe que bautizó como Catalangate en el que aseguraba que los teléfonos móviles y dispositivos digitales de 65 personas partidarias de la independencia de Catalunya habían sido espiados con el programario Pegasus, ha reconocido que se equivocó incluyendo en este grupo al eurodiputado Toni Comín. El pasado día 22 informó en su portal web de ese error y lo imputó a una confusión de uno de los miembros de su equipo que atribuyó a Comín el espionaje que había sufrido otra persona.
El director de Citizen Lab, Ronald Deibert, firma la nota, presentada bajo el título “Informe CatalanGate. Corrección de un caso”. En este texto, Deibert achaca la necesidad de esa corrección al error de uno de los miembros de su equipo de investigadores. Comienza así: “El 15 de diciembre de 2022, como parte de nuestro reanálisis habitual de casos pasados para encontrar indicadores y detalles de infección de software espía adicionales, descubrimos que un investigador había leído mal las etiquetas asignadas a los resultados de dos personas, lo que provocó una confusión entre los teléfonos propiedad de dos personas con las mismas iniciales que formaban parte del mismo grupo de posibles objetivos en la investigación CatalanGate”.
A continuación explica que Citizen Lab utilizaba un sistema de etiquetado de trabajo en el que se identificaba a las personas presuntamente espiadas con las iniciales de su nombre y de su apellido. Así, Toni Comín estaba identificado como T.C. En el listado con el que trabajaba uno de los investigadores figuraba una persona etiquetada con las iniciales A.C., siempre según las explicaciones de Deibert. El investigador habría llegado a la conclusión de que el teléfono de A.C. había sido infectado con Pegasus pero lo achacó a Toni Comín.
El comunicado de Citizen Lab no desvela quién es esa persona que responde a las iniciales A.C. y es así como la identifica en la rectificación que ha hecho del informe inicial de su CatalanGate. En este informe, donde antes aparecía Toni Comín, ahora consta A.C. Comín también ha desaparecido del recuadro donde Citizen Lab especificaba los eurodiputados independentistas supuestamente espiados con Pegasus.
Citizen Lab no se ha enterado de este error en el informe hasta ocho meses después de publicarlo, cuando el eurodiputado y ex consejero de Salud, que huyó a Bélgica hace cinco años, se ha empleado a fondo denunciando un espionaje que no existió. En la nota publicada el día 15 por Deibert se lee: “Aunque no tenemos ningún indicio forense de infección en los dispositivos de Comín que hemos comprobado, el dispositivo principal utilizado durante un período en el que otros eran objetivo de espionaje nunca ha estado disponible para el análisis porque el propietario no recuerda la contraseña”.
Cuando el colectivo canadiense publicó su CatalanGate, Ronald Deibert hizo una gira por varios medios de comunicación españoles y británicos para difundir su investigación. En una entrevista en el diario El País, el 15 de mayo, dijo que las conclusiones de sus informes eran fiables al cien por cien y que no existía ninguna posibilidad de error. Acaba de reconocer uno de muy grande: incluir como espiada a una persona que no lo ha sido.
La desaparición de Comín del listado de personas espiadas con Pegasus incluidas por Citizen Lab en su informe reafirma las críticas que han hecho varios expertos en ciberseguridad por su falta de rigor científico y la exigencia de que sus resultados sean estudiados por una comisión de expertos independientes. Citizen Lab se ha negado sistemáticamente a que nadie analice los datos con los que ha trabajado y todas las personas supuestamente espiadas que han denunciado su caso a los tribunales de justicia se han negado a entregar sus teléfonos móviles a los jueces correspondientes. Comín lo ha resuelto por la vía rápida: no se acuerda del pin de su teléfono.
