Que la condena a muerte de un futbolista en Irán no te estropee una final del Mundial

Al futbolista iraní Amir Nasr-Azadani, de 26 años, le ha condenado a un tribunal de su país. La acusación por la que le ha impuesto la pena capital es por un delito que contempla el código penal de Irán que es el de “miharebeh”, que se traduce como “enemistad con Dios”. Cuando escribo esta columna dos jóvenes han sido ya colgados públicamente en Irán por su participación en las protestas contra la muerte en dependencias policiales de Mahsa Amini. Esta joven de 22 años había sido arrestada porque la policía de la moral iraní consideró que llevaba el velo mal puesto. A Nasr-Azadani parece que le implican en la muerte de un militar durante las protestas, pero la justicia iraní no ha dado ningún detalle de esa implicación, la familia la niega y la sentencia se ha dictado a una velocidad que solo se explica por la voluntad de disuadir a quienes quieran seguir manifestándose.

Cuando leas esto no sé si Amir Nasr-Azadani estará todavía vivo. Sí sé que el mundo habrá visto la final del campeonato del mundo de fútbol entre Argentina y Francia, celebrada en Doha, la capital de Qatar, país muy cercano a Irán.

¿Os imagináis que se hubiera suspendido la Final del Mundial para protestar contra la sentencia a muerte de este joven futbolista? Imposible. El mundo en el que vivimos no es capaz de reaccionar así ante tan descomunal barbaridad.

Muchos compartimos la frustración de no poder detener el brazo sangriento de la justicia iraní. Nos enviamos mensajes de whatsapp, compartimos las denuncias contra ese asesinato anunciado en nuestras redes sociales y firmamos las campañas exigiendo que no se lleve a cabo. Probablemente haya pocas campañas de recogida de firmas por Internet que hayan obtenido tantas en tan poco tiempo. La última que he firmado superaba el millón de firmas.

En el mundo del fútbol ha habido voces escandalizadas. No las de los más poderosos, precisamente. La Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales ha pedido el levantamiento inmediato de la amenaza de la aplicación de la pena de muerte a Nasr-Azadani. Futbolistas del Betis como Sergio Canales o Borja Iglesias se han sumado a esta petición. Marc Bartra, ex jugador del Barça, ahora en el fútbol turco se preguntaba en un tuit: “¿Nos quedaremos todos de brazos cruzados y mirando hacia otro lado?”. Hacia dónde ha mirado estos días el mundo del fútbol es al Mundial de Qatar. A estas alturas no he visto ninguna estrella del fútbol ni ninguno de los grandes equipos -Barça, Madrid o Manchester City- poner el grito en el cielo. Quizás me falta información y pronto Pep Guardiola, Lionel Messi, Joan Laporta, Robert Lewandowski o Florentino Pérez se sumarán a la campaña contra el asesinato del futbolista iraní.

Estos días hemos visto demasiadas lágrimas de futbolistas y seguidores por la eliminación de la selección de su país y demasiado pocas por la muerte de tantos ciudadanos y ciudadanas a manos del fanatismo religioso y político del poder iraní.

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