Puertas giratorias, pero al revés. Esto es lo que ha ocurrido con el nombramiento de la arquitecta Maria Sisternas como nueva directora general del Institut Català del Sòl (Incasòl), empresa pública que depende del departamento de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, ahora en manos de ERC, con el exalcalde de Sabadell Julio Fernández como conseller.
La designación de Maria Sisternas ha causado estupefacción. Esta profesional fue la directora de proyectos urbanísticos del Ayuntamiento de Barcelona, a las órdenes del concejal de Urbanismo Antoni Vives (CiU), condenado por falsedad documental e imputado en el caso de corrupción del 3%. Cuando Xavier Trias perdió las elecciones, en el 2015, Maria Sisternas fue a parar bajo las alas del empresario audiovisual Jaume Roures, que le confió el cargo de CEO de una de las infinitas sociedades de la constelación Mediapro: Mediaurban SL, especializada en temas urbanísticos.
Avida dollars, Jaume Roures ya hace tiempo que olió que el ladrillo y los metros cuadrados son un buen negocio para hacer pelotazos. Por eso tiene varias sociedades que se dedican –Rilson XXI Inmuebles SL, Coyoacán Invest SL (en referencia a la ciudad donde fue asesinado su idolatrado Lev Trotsky), Mediapro Espais SL…–, además de Mediaurban SL.
Pero Maria Sisternas no era una empleada más de la corporación de capital chino que dirigen Jaume Roures y Tatxo Benet. Según datos del Registro Mercantil, esta arquitecta figura como apoderada y directiva de un total de 37 sociedades del emporio Mediapro, entre las que dos son clave en el control accionarial del grupo: Joye Media SL e Invictus Media SA.
Por tanto, Maria Sisternas se había convertido en una pieza primordial en el organigrama de mando de Diagonal 177, el cuartel general de Mediapro. Con estos antecedentes, su aterrizaje en la dirección general de Incasòl ha sido recibido con mucha desconfianza.
Y es que este organismo de la Generalidad se dedica a la compra, urbanización y venta de terrenos para usos industriales, residenciales y logísticos. Entre los proyectos más importantes que tiene entre manos se encuentra el desarrollo del plan Alba, 408 hectáreas de terrenos junto a la Universidad Autónoma de Barcelona, en Cerdanyola; o el polémico y conflictivo macropolígono de Torreblanca-Quatre Pilans, en Lleida.
Según datos del departamento de Territori i Sostenibilitat, el Incasòl dispone de terrenos industriales para comercializar en 26 municipios de Cataluña, además de solares residenciales en 11 municipios, y comerciales, en 17. Un bombón que habrá que ver cómo gestiona, a partir de ahora, Maria Sisternas.
