La suspensión de Laura Borràs, como presidenta del Parlament, el caso Dalmases y la consulta de JxCat que acabó con la salida del gobierno catalán, han forzado la formación independentista a tomar públicamente una posición firme, cerrando filas alrededor de su presidenta, su gente y sus postulados. Pero internamente, a Junts están preocupados –y mucho– por la factura que todo esto le puede pasar al partido a las próximas elecciones municipales.
Muchos de los alcaldes y alcaldables temen que las astracanadas de Borràs; la enconada defensa de su inocencia en un caso de presunta corrupción que presenta dudas más que razonables; haberse puesto junto al diputado Francesc de Dalmases ante un caso que lo acusaba de asediar e intimidar una periodista y varias diputadas, y tener que afrontar las elecciones después de haber abandonado voluntariamente el Govern y después de una consulta que dividió el partido en dos, pueden hacer poner rojo más de un candidato en su municipio.
Así, algunos de los cargos municipales y algunas voces autorizadas vinculadas a los consistorios han pedido a Jordi Turull, secretario general de Junts, que les aporten argumentarios para poder desvincularse de todo esto sin hacer daño a la marca.
