El Congreso de los Diputados ha aprobado el proyecto de presupuestos generales del Estado y ha dado luz verde para llevar las cuentas al Senado. Las cuentas han salido adelante con el apoyo del PSOE, Podemos, ERC, PNV, Bildu, PDeCAT, CC, Más País, Compromís, la exdiputada de Podemos María Pita y el PRC (187 votos). Las formaciones contrarias a las cuentas han sido el PP, Vox, Junts, la CUP, los exdiputados de Navarra Suma, Foro Asturias y Teruel Existe (156). El diputado del BNG se ha abstenido.
El voto favorable de los republicanos ya se daba por supuesto tras acordar la derogación del delito de sedición y un paquete de enmiendas con el gobierno español. Esquerra ha votado sí a las cuentas a cambio, entre otras cosas, de un abanico de inversiones clave en Catalunya, de la paralización de los trabajos de la MAT en Girona, del traspaso de algunos cuarteles de la Guardia Civil abandonados a las administraciones locales y de 20 millones en salud bucodental. También de la transferencia de 900 millones de euros para que la Generalitat ejecute inversiones pendientes del Estado en Catalunya.
Gabriel Rufián ha respondido a las críticas que reciben por apoyar al gobierno español. «En política, eres lo que dices, lo que haces, lo que defiendes y, sobre todo, lo que consigues. Esto es lo que hace Esquerra Republicana a cambio de sus votos», ha dicho. «Estábamos hartos y hartas de militar exclusivamente en tener razón y perder; también queremos militar en la utilidad», ha insistido.
Por su parte, Junts ha denunciado que estos presupuestos no se aguantan por ninguna parte y ha lamentado que el gobierno español haya rechazado todas sus propuestas.
Éstos serán, cuando el Senado los apruebe, los terceros presupuestos consecutivos que saca adelante el gobierno español y, previsiblemente, los últimos, porque las cuentas de 2024 coincidirán, según indica el calendario, con la disolución de las Cortes y la campaña electoral.
Con las cuentas aprobadas, el presidente Pedro Sánchez podrá llegar con estabilidad al segundo semestre de 2023, cuando España asumirá la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea y encara con comodidad el final de la legislatura.
