«Hay una relación directa entre la construcción del Eixample y Cuba»

Entrevista a Martín Rodrigo y Alharilla

    Martín Rodrigo y Alharilla

    Licenciado en Filosofía y Letras, y doctor en Economía, por la UAB. Profesor titular de Historia Contemporánea en la Pompeu Fabra. Es también miembro correspondiente extranjero de la Academia de Historia de Cuba. Autor de numerosas publicaciones, entre las que cabe mencionar “Un hombre, mil negocios. La controvertida historia de Antonio López, marqués de Comillas” (Ariel). Coautor y editor, “Del olvido a la memoria. La esclavitud en la España Contemporánea” (Icaria).

     

    ¿Cómo definir la esclavitud, más allá del tiempo y del espacio?

    Una primera definición de “esclavitud” habla de una institución que permite que una persona sea propiedad de otra. Alguien que no tiene ni libertad de movimientos, ni capacidad plena de decisión sobre su vida y que, generalmente, acaba en objeto de compra y venta. En todos los casos, la esclavitud está marcada por la violencia, más o menos explícita. Otra explicación entiende que la esclavitud no desaparece cuando dicha institución deja de ser legal. Así, en la actualidad podemos hablar de personas esclavizadas, a pesar de que en ningún país se admite que la esclavitud sea legal. Mujeres que sufren matrimonios forzosos, trabajadores forzados en múltiples situaciones, víctimas de la trata de blancas…

    ¿O sea, personas consideradas enseres, como podía ser el arado?

    En la documentación notarial del siglo XIX las personas esclavizadas aparecen como bienes semovientes. Es decir, aquellos que se mueven por sí mismos, como el ganado, a diferencia de los bienes inmuebles. 

    Así las cosas, poco tiene de extraño que, en la mitificada Grecia clásica, la esclavitud fuese considerada como algo completamente normal…

    Lo que sabemos es que todo tipo de sociedades sedentarias y complejas, con capacidad de producir excedentes, la esclavitud estaba presente. Lo que no está tan claro es que en todos los lugares hubiese una definición jurídica de la esclavitud. Y, desde luego, no siempre había comercio de esclavos. Otro elemento a tener en cuenta es que, normalmente, aquellos esclavos acostumbraban a ser extranjeros, personas ajenas a la comunidad que los esclavizaba, o producto de las guerras. Generalmente, eran obligados a realizar los trabajos que nadie quería hacer y, en algunos casos, eran sacrificados en rituales. También hay que distinguir entre sociedades con esclavos y sociedades esclavistas. Por ejemplo, el imperio romano si fue una sociedad esclavista, porque no hubiese funcionado sin la esclavitud. 

    De hecho, Marx consideró la esclavitud en Roma un modo de producción…

    Si. Uno de los motores de la economía imperial romana se basaba en la fuerza de trabajo esclava. Se puede afirmar que Roma fue una sociedad esclavista, por su peso cuantitativo y cualitativo en el conjunto del imperio. 

    ¿El género fue una cuestión ligada a la esclavitud? ¿Se esclavizaba más a las mujeres que a los hombres?

    Se sabe que la esclavitud femenina acostumbraba a ser una cuestión doméstica, más ligada al ámbito urbano. La masculina, que también podía ser de sirvientes, se daba además en la minería, en la agricultura, en las galeras propias de la Edad Moderna…

    ¿Por su amplitud, complejidad, rentabilidad…, el comercio y la explotación de esclavos alcanzó, avant la lettre, una dimensión que hoy denominados “global”?

    El comercio atlántico de esclavos nació a principios del siglo XVI para llevar africanos esclavizados de Europa, primero, y después de África hasta América. Estuvo en manos, fundamentalmente, de portugueses. Después se incorporaron neerlandeses, franceses y, sobre todo, británicos. Durante el siglo XVIII, los traficantes son sobre todo ingleses. La incorporación masiva de españoles al tráfico de esclavos se produjo a partir de 1789. Solo después de 1810, cuando británicos y norteamericanos abolieron el comercio esclavista, es cuando los hispano-cubanos están muy presentes, sobre todo en el tráfico hacia Cuba. Ingenios azucareros, cafetales, vegas de tabaco y también la economía urbana y el servicio doméstico eran el destino de las personas esclavizadas. Para el siglo XIX, los historiadores utilizamos el concepto “segunda esclavitud”, que solo afecta a tres territorios americanos: el sur de EE.UU. con las plantaciones de algodón, Cuba con las de caña de azúcar y Brasil, con las de café. Tres sectores punteros en términos tecnológicos, que producen para el mercado internacional, generan grandes capitales y se basan en mano de obra esclavizada. En Cuba y Brasil los esclavos procedían mayoritariamente de África mientras que en EE.UU. venían por vía reproductiva: Hijos esclavos de madres esclavas, nacidas ya en Norteamérica.

    ¿Qué tiene de peculiar la esclavitud en EE.UU., respecto a otros países americanos?

    Recientes estudios ponen de manifiesto que el crecimiento económico norteamericano y la consolidación de EE.UU. como una gran potencia a escala internacional se explica por la esclavitud. Y no solo en el sur de la Unión, también en el norte. Ciudades como Nueva York fueron grandes puertos negreros, y en ellas hubo también esclavitud hasta fines del siglo XVIII.

    ¿Qué se puede decir de la relación de las religiones, especialmente de las cristianas, con el esclavismo?

    Fueron precisamente algunas iglesias cristianas, particularmente los cuáqueros, los que impulsaron a finales del XVIII y principios del XIX, el abolicionismo. Paralelamente, la iglesia católica fue de las ultimas en condenar, tanto el tráfico de esclavos como la esclavitud. El abolicionismo blanco tiene una doble matriz: por un lado, el republicanismo europeo y, por otro, corrientes cristianas, como la de los cuáqueros. 

    ¿La prosperidad barcelonesa de los años de la “Renaixença” le debe algo al esclavismo?

    Hay una relación directa entre la construcción del Ensanche de Barcelona y capitales transferidos desde Cuba. Cronológicamente, coincide el inicio del Ensanche con la guerra de los diez años en Cuba y con la salida de grandes propietarios hacia España. Hubo también otros capitales que vinieron de la propia Cataluña durante la guerra carlista. La inversión de capitales vinculados al esclavismo colonial no se dio solo en Barcelona: A menor escala, ocurrió algo parecido en otros ensanches, como el de Madrid, con el barrio de Salamanca o las inversiones del marqués de Manzanedo en la puerta del Sol. En el País Vasco hay personajes, como el alavés Julián Zulueta, cuya fortuna se acabó repatriando desde Cuba a la Península.

    ¿El enriquecimiento de familias como los Goytisolo, Zulueta, el marqués de Comillas…, fue producto del negocio azucarero, el tabaco, etc., o también del propio tráfico de esclavos?

    El tráfico de esclavos representa el lado de la oferta de fuerza de trabajo, una oferta que no se entiende sin la demanda. Desde un punto de vista agregado, parece que fueron más importantes los capitales procedentes de la explotación de mano de obra esclava en América. En ella participó mucha más gente mientras que el comercio de esclavos estuvo en menos manos. Hay que preguntarse ¿Quién esclaviza? ¿El capitán del buque negrero? Los estudiosos de la esclavitud hemos concluido que el esclavizador es quien compra, si bien no se entienden el uno sin el otro. Zulueta, la segunda fortuna más importante de Cuba, fue traficante pero también poseía cinco ingenios en la Isla. Muchas veces, los cautivos, en lugar de venderlos, se los quedaba él. Antonio López también tuvo cafetales, plantaciones de azúcar… Los propios perfiles biográficos de estos personajes hacen difícil trazar una línea entre ambas actividades. En cualquier caso, estos negocios permitieron el ascenso social de individuos y familias que, sin el esclavismo no se hubieran enriquecido ni ennoblecido. Muchos de sus descendientes siguen teniendo un rol importante en la sociedad y la política española.

    ¿La crueldad, como narra “Django desencadenado” la película de Tarantino es, quizás, la característica más definitoria del esclavismo?

    Hay también una película de Steven Spielberg, “Amistad” (1997), que recrea el episodio real de un motín que hubo en una goleta negrera que navegaba por las costas de Cuba. Mataron al capitán, Ramón Ferrer, que era de Ibiza. Llevaron el barco a EE.UU. donde se celebró un juicio, que se convirtió en un alegato contra un comercio de esclavos que ya era ilegal.

    Seguimos percibiendo la esclavitud como un cliché literario de aventuras, infantilizado ¿Es quizá consecuencia de no querer reconocer su espantosa verdad, cruda y dura?

    El trabajo de los historiadores es tratar con rigurosidad los temas, generar conocimiento y ponerlo a disposición de la sociedad y las instituciones para generar políticas de memoria, que en España no las hay. El comercio de esclavos ha sido condenado por la ONU como un crimen de lesa humanidad, lo cual conlleva aplicar los principios de verdad, justicia y reparación. Tiene también que ver con reclamaciones propias de las relaciones internacionales. Lo que nació como una condena simbólica acaba provocando, por ejemplo, que Jamaica reclame a Inglaterra compensaciones.

    (Visited 182 times, 1 visits today)
    Facebook
    Twitter
    WhatsApp

    avui destaquem

    Deja un comentario