¿Por qué Masip quiere parecer que respeta el código ético del Barça?

El asesor de Joan Laporta, Enric Masip, en el programa 'Onze'

El Barça de Laporta, conocido cada vez más por el nepotismo y el amiguismo con el que se gestiona internamente el club, acaba de vivir un episodio que tiene que ver con esa nueva cultura. El protagonista no es otro que Enric Masip, asesor deportivo personal de Laporta, que a falta de trabajo y de otras distracciones ahora pretende aparecer como uno de los más admirable ejemplos de ética y de responsabilidad.

Resulta que Masip ha decidido renunciar al 3% de las acciones que posee de la sociedad Asobu eSports Experience después de que la junta haya decidido que se ubique en sus instalaciones el equipo de juego de los e-sports del Barça, una sección del club creada en tiempos de Josep Maria Bartomeu con la pretensión de formar parte de liga mundial de videojuegos internacionalmente consolidada y de creciente interés entre la población juvenil.

La instalación que Asobu eSports Experience regenta en SOM Multiespai (el antiguo Heron City) de Nou Barris, de unos 1.800 metros cuadrados, con capacidad para cuatro canchas de competición, ha sido, de pronto la elegida por el FC Barcelona para que su equipo de los e-sports entrene y compita.

La historia la ha explicado el diario Ara en forma de cuento de hadas dentro de un mundo idílico de profesionalidad y de sublimación del respeto de los cánones de conducta del club, aludiendo y alabando la reacción de Masip de renunciar inmediatamente a ese 3% que podía provocar un conflicto de intereses sin precedentes en la historia del club.

La verdad es que cuando más se quiera asear esa historia menos limpia parece por la sencilla razón de que existen numerosas formas de aparentar que se ha roto esa relación comercial o de propiedad. Mucho menos cuando situaciones verdaderamente más denunciables como la contratación de la hermana y de la prima del presidente Laporta o las de media familia de su jefa de gabinete se han resuelto simplemente por la vía directa de saltarse y obviar el código ético del club, tanto la letra como el espíritu de la norma.

Se podría hacer referencia a los mangoneos del propio hijo de Laporta, socio de una agencia de futbolistas que participó en la llegada de Aubameyang al Barça y más recientemente en otros jugadores, por no hablar del extraño y sospechoso revolotear del hermano de Laporta, Xavi, que aparece en las firmas de diferentes acuerdos del club.

Masip ha pretendido aparecer como la excepción a una conducta de la junta directiva de Laporta que no es precisamente recatada, teniendo en cuenta que el propio presidente va felicitando y pidiendo aplausos para sus amigos intermediarios y comisionistas.

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