Se empieza a despejar el caso de espionaje interno en los Mossos d’Esquadra para manipular el proceso de ascenso a inspectores e intendentes. Un juzgado de Barcelona ha imputado a un inspector presuntamente relacionado con el teléfono móvil que se encontró en la sala donde se reunía el tribunal encargado de decidir estas promociones.
El investigado trabajaba en la Dirección de Evaluación y Servicio, la unidad que ahora comanda el mayor Josep Lluís Trapero. Asuntos Internos le identificó la semana pasada como el supuesto responsable de colocar en la sala de reuniones el móvil, que carecía de tarjeta SIM, con la grabadora encendida.
Según la investigación, tenía acceso a las pruebas porque él formaba parte del tribunal que gestiona los ascensos a inspector. Además, tenía interés en saber cómo serían, puesto que era uno de los aspirantes en la promoción de ascensos a intendente.
Ahora la juez ha abierto la fase de instrucción y ha citado a declarar como investigado a un inspector, que era suplente del tribunal. Mientras no se aclare el caso, la dirección de la policía le ha enviado a la sede de los Mossos de Egara con otras funciones. Si se confirmara que está implicado en el intento de manipular las pruebas, sería una infracción muy grave que podría comportar que le expulsaran del cuerpo. El proceso para nombrar a los nuevos mandos, que se había detenido a raíz de este caso, se volvió a activar el lunes.
