La CUP ha aclarado este jueves su posición hacia el nuevo ejecutivo de Pere Aragonès, al cual ha bautizado como el «Govern de los ex«, y ha asegurado que la legislatura está «agotada» tras la ruptura entre ERC y Junts. La formación anticapitalista sigue insistiendo en la necesidad de que el presidente de la Generalitat se someta a una cuestión de confianza para esclarecer los apoyos de que dispone, pero rechaza un adelanto electoral y está dispuesta a negociar los presupuestos.
Tras la reunión del secretariado nacional de la CUP, la diputada del partido en el Parlament Eulàlia Reguant y la portavoz del secretariado, Maria Sirvent, han señalado que la salida del partido posconvergente del ejecutivo catalán ha dejado al Govern en una situación «insostenible» y que, ante este panorama, es cuestión de «meses» que se precipiten las elecciones. Sin embargo, Reguant ha rechazado que se convoquen ahora, al considerar que un adelanto electoral «no modificaría sustancialmente» el escenario político.
En relación a los presupuestos, la CUP ha avanzado que pondrá sobre la mesa sus propuestas aunque el gobierno de Aragonés las haya rechazado reiteradamente, e iniciará un «proceso de escucha» con la militancia y con actores sociales y económicos con la voluntad de articular «un programa de mínimos». «Siempre somos receptivos a las propuestas que nos hagan y llevaremos las nuestras a todas las mesas«, ha explicado Sirvent, quien ha añadido que la formación anticapitalista «está dispuesta a hablar de propuestas concretas».
