El acuerdo de claridad propuesto por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no ha sido aprobado en el debate de política general. De hecho, esta propuesta ha quedado en segundo plano ante la crisis de gobierno. Los comunes han llevado a votación el proyecto de un referendo pactado con el Estado, al estilo canadiense, y sólo ha recibido el voto a favor de los republicanos. Asimismo, PSC, CUP, Vox, Cs y PP han votado en contra y Junts se ha abstenido.
Aragonès planteó el acuerdo de claridad para pactar un referendo «efectivo» con el Estado. Poco después de anunciarlo, la Moncloa ya mostraba, de entrada, su desacuerdo con la propuesta.
La propuesta de resolución presentada ahora por los diputados del grupo que lidera Jéssica Albiach, bajo el título «por el impulso de un acuerdo de claridad», recoge que el Parlament constata «la necesidad de convocar la mesa de partidos para impulsar un acuerdo de claridad y presentarlo posteriormente en la mesa de diálogo», que debe unificar criterios y establecer «las bases y condiciones» para poder hacer un referéndum «efectivo y acordado» sobre el estatus político de Cataluña.
Según los republicanos, el acuerdo de claridad se había presentado previamente a los socios, pero el martes Junts receló de éste porque no «se ha cumplido» con parte del acuerdo de legislatura, y fue a raíz de lo que la formación de Laura Borràs y Jordi Turull amenazó con una cuestión de confianza a Aragonès. En el marco de este choque, Junts ha castigado ahora la propuesta sobre el acuerdo de claridad con una abstención que ha contribuido a paralizar su aprobación durante el debate.
