La “guerra” en la Federación Catalana de Fútbol se cobra el despido de Javier Latorre

El afectado ha reaccionado con un artículo donde reclama nuevas elecciones al Tribunal Català de l’Esport

Federació Catalana de Futbol
Federació Catalana de Futbol.

Los enfrentamientos y las batallas de fondo entre los mismos bandos que compitieron, el pasado mes de mayo, por la presidencia de la Federació Catalana de Futbol (FCF) vive ahora otro episodio encarnizado que confirma los muchos intereses enfrentados durante el polémico proceso electoral.

Una de las secuelas pasa ahora por la reacción de Javier Latorre, jurista histórico de la FCF, tras haber sido cesado en su funciones esta semana como responsable de los diferentes comités de competición.

Javier Latorre, que se había mantenido dentro de la estructura federativa desde hace 20 años, con independencia de quien fuera el presidente, no parece haber digerido del todo bien esta salida tan repentina como inesperada. Latorre ha sido el autor de un amplio artículo, de contenido muy técnico, en la web Iuesport, especializada en derecho deportivo, bajo el título ‘El Tribunal Catalán, abocado a repetir las elecciones de la Federación de fútbol’, indudablemente con la pretensión de influir en la resolución de las impugnaciones presentadas ante el Tribunal Català de l’Esport en base a las irregularidades denunciadas por dos de los candidatos, Alex Talavera y Juanjo Isern.

El tono y la intencionalidad de ese artículo se ha interpretado desde la Federació, como un inequívoco gesto por parte de Javier Latorre favorable a los intereses de los dos candidatos derrotados en las elecciones: Talavera (segundo) e Isern (tercero).

Esta crispación es la consecuencia de una campaña electoral en la que los tres aspirantes con más recursos no dudaron en costear la tramitación notarial de los avales, las certificaciones de los directivos de club y también su movilidad el día de las elecciones. Sin ese esfuerzo económico y sin capacidad para controlar el aparato federativo, solo posible después de años de gobierno de tres de los cuatro aspirantes al cargo, habría sido imposible esa participación inusual del 85,3% de clubs, con un total de 1.041 votos.

Además de la exigencia de realizar una fuerte inversión para tener opciones, Alex Talavera contaba con el apoyo del ex-presidente Andreu Subies, quien puso a su disposición su influencia personal para orientar cientos de votos a su favor.  Juanjo Isern, por su parte, también manejó cierta capacidad como resultado de su experiencia como directivo de Joan Soteras, que fue a quien Andreu Subies designó como sucesor y delfín hace cuatro años, antes de ser designado por Luis Rubiales como vicepresidente de la Real Federación Española de Fútbol.

En momento dado de las elecciones se dio por hecho que Talavera e Isern fusionarían sus candidaturas, una entente que no se dio y que, definitivamente, facilitó la reelección de Soteras.

La junta directiva de la FCF interpreta que el informe de Javier Latorre en Iusport, aparecido a las pocas horas de su despido, donde pone en duda los resultados de las elecciones, responde a su malestar por haber perdido un cargo federativo, remunerado con unos 100.000 euros anuales.

En las elecciones de 2018, cuando el único candidato opositor, Ivan Carrillo, planteó una “limpieza a fondo” del aparato federativo -en aquel momento Joan Soteras era amigo y colaborador íntimo de Subies- nadie de ese entorno y mucho menos Javier Latorre ni su web Iusport, de la que fue fundador y ejerce como subdirector, dieron entonces el paso adelante de denunciar las dudas democráticas de unas elecciones que, históricamente, se han decidido a base de facilitar el papeleo de los votantes, presidentes o directivos de club, y los desplazamientos a los puestos de votación. Nada que no se haya hecho antes de la misma manera.

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