Laporta sólo ha rentabilizado el 42,2% de los 885 millones obtenidos por las palancas

Solo tendrá 372 millones de beneficio en las dos temporadas afectadas, que no soluciona el déficit ordinario de 100 millones ni tampoco limpia el balance de los 451 millones de fondos negativos

Joan Laporta

El esbozo de las cuentas de Joan Laporta dibujan el peor de los escenarios posibles confirmando esas previsiones pesimistas e insuperables como resultado de esa activación de palancas de un modo compulsivo y desesperado. La primera conclusión es que el 57,8% de los ingresos extraordinarios obtenidos se han destinado exclusivamente a intentar poner a cero el contador patrimonial negativo sin que, después de todo ese esfuerzo, ese primer objetivo haya sido posible. Sólo se ha aprovechado el 42,2%, proporción insuficiente, para limpiar una balance al que se sólo se han aplicado medidas paliativas.

El único y escueto comunicado de Laporta sobre el resultado económico se produjo la noche del lunes pasado tras la reunión previa a la convocatoria de la asamblea ordinaria, fijada finalmente en formato telemático para el día 9 de octubre próximo. Es decir, en el límite y apurando el reglamento para evitar esa promesa de transparencia sistemáticamente incumplida:

“La Junta Directiva ha aprobado el presupuesto para la temporada 2022/23 que incluye un presupuesto de ingresos de explotación de 1.255 millones de euros, con una previsión de beneficio de 274 millones de euros. Terminada la temporada anterior, la Junta azulgrana ha dado por cerrado el ejercicio 2021/22 con una facturación de 1.017 millones de euros y un beneficio de 98 millones de euros”.

La suma de ambos beneficios (98 + 274) de 372 millones es inferior al patrimonio neto negativo de 451 millones aprobado en la última asamblea. Un saldo en rojo de 70 millones que probablemente tenga que ver con algún tipo de maniobra contable relacionada con la eliminación de alguna provisión o con la posibilidad de acogerse a diferir en varios años las pérdidas atribuibles a la covid ofrecida por LaLiga.

En cualquier caso, la insuficiencia de la información, con cuentagotas y manipulada, se ha instalado de forma definitiva en el nuevo orden de un club bajo la tiranía de Laporta, y esa consolidada sensación de haber engañado a los socios desde el primer día en que decidió volver al Camp Nou, esta vez con las ideas mucho más claras sobre como dominar completamente el entorno a través del control absoluto del mensaje y de los medios de comunicación.

Con ese sucinto avance, en cualquier caso, además de esa no llegar a cubrir el descubierto de los fondos propios, la directiva forzará el pago de 72 millones en impuesto de sociedades, ya que necesita acreditar ante los auditores y LaLiga la hazaña de presentar ese superávit de 372 millones limpios y pulidos.

El problema, o el drama según se mire, es que para obtener ese beneficio las ventas en activos comerciales y patrimoniales han ascendido a 885 millones una vez sumadas las palancas y los 148 millones de esa plusvalía fantasma que, por ahora, se ha ocultado en el balance, obtenida mediante un auto-crédito.

Significa que, de media por temporada, Laporta habrá destinado el 57,8%, 442 millones, a compensar la mala gestión y el cierre descontrolado del ejercicio 2020-21 y el déficit de ingresos ordinarios de ambas temporadas, la 2021-22 y la 2022-23, superior a los 100 millones.

También de media, ese beneficio de 186 millones resulta exageradamente inferior a la media de los ingresos extraordinarios (palancas) de 442,5 millones.

A falta de los detalles sobre cómo se han distribuido por anualidades ese trasiego financiero, cabe insistir que no resuelve los dos problemas de fondo claramente identificados: esa insolvencia lastrada por los 451 millones de fondos negativos, el lastre que le otorgaba al Barça un margen salarial negativo de -144 millones, y la peligrosa evidencia de un déficit estructural de 100 millones anuales.

Con el aparente festival de ingresos de este verano, a caballo de ambos ejercicios, esta segunda incidencia se ha maquillado y sepultado bajo la euforia de los fichajes y el rendimiento de Lewandowski.

Una patada hacia adelante, imprudente, agravada por el hecho no menos acuciante de un descenso mínimo de 60 millones anuales por el impacto de las palancas, una reducción que irá aumentando cada temporada inversamente proporcional al incremento del valor de los derechos de televisión de la Liga y del negocio de los activos digitales cedidos a Socios.com. La puntilla se la puede dar al Barça Jaume Roures cuando se conozca exactamente la dimensión o las consecuencias de ese salvavidas que le lanzó a Laporta en las últimas horas del mercado, pues su adquisición del 25,5% de Barça Studios -por 100 millones- se considera en el club un pago a cuenta de los negocios florecientes, fáciles y rentables que Mediapro pretende realizar. En ambos casos a cambio de cesión de activos sin derecho a recompra, cuando menos no fijado en el acuerdo.

LaLiga de Javier Tebas se ha mostrado contundente: el Barça necesita equilibrar su estructura económica y financiera a base de rebajar 200 millones la próxima temporada. La palanca final parece la más complicada de todas.

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