El hecho de que Andorra, junto con el Vaticano, sea el único país del continente europeo donde el aborto es ilegal y está penalizado avergüenza a la asociación feminista Stop Violències, que lucha desde el 2014 para que el Principado garantice todos los derechos a las mujeres, también el derecho a interrumpir el embarazo de manera voluntaria.
En declaraciones a EL TRIANGLE, la psicóloga social experta en violencias y presidenta de la asociación, Vanessa Mendoza Cortés, recuerda que la activista Morena Herrera, de Nicaragua, le indicó hace unos años que Andorra podía estar tanto en Europa como Centroamérica en cuanto a la carencia de derechos para las mujeres. Una afirmación que Cortés comparte, sobre todo ahora que San Marino ha legalizado el aborto, dejando Andorra sola con el Vaticano.
«Me da mucha vergüenza el país que tenemos con la gente que tenemos», reconoce la presidenta de Stop Violències, que lamenta que el Gobierno del coprincipado no haga caso a las recomendaciones de organismos internacionales que instan a despenalizar el derecho a abortar. «La Comisión de la Tortura de la ONU, el 2018, recomienda en Andorra que despenalice el aborto en casos de violación. De hecho, hay países condenados por tortura por impedir que las mujeres violadas puedan abortar«, destaca Cortés.
Para la psicóloga social, el hecho que Andorra se niegue a respetar este derecho «forma parte del fundamentalismo religioso, que tiene por objetivo controlar la cura y la reproducción de las mujeres», un hecho que considera que también se da en el caso de la objeción de conciencia puesto que, según indica Cortés, «esta objeción no se produce cuando se trata de asesinos o pederastas, solo cuando se trata de mujeres».
La presidenta de Stop Violències señala que en el Principado tampoco se puede abortar cuando la vida de la mujer corre peligro y, en este sentido, lamenta los comentarios de las redes sociales que defienden que el feto tiene que sobrevivir por encima de todo, incluso de la vida de la mujer. «A esto se le llama misoginia, odio contra las mujeres, y en Andorra estamos llenos de ello», critica Cortés. Para la asociación feminista, «está claro que formamos parte de un feudo del Vaticano y que somos una tierra feudal que no está a favor de los derechos de las mujeres, pero sí de traumatizarlas».
Cortés destaca que el hecho de no tener este derecho ocasiona graves perjuicios a las andorranas, y que hay mujeres que se tienen que endeudar con créditos personales de hasta 6.000 euros para poder abortar en Barcelona. «Me da vergüenza que no se enfrenten a un obispo (en referencia al copríncep episcopal, Joan-Enric Vives) que ya sabemos en qué situación está, y que además tengamos que estar como si abortar fuera vergonzoso», lamenta la psicóloga social, que concluye que siente «vergüenza de país, pero también ganas de continuar luchando».
Por todo esto, manifiesta la presidenta de Stop Violències, la asociación feminista invita la ciudadanía de Andorra a sumarse a la manifestación por el derecho al aborto el próximo 28 de septiembre.
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