¿Por qué MCM amenaza con participar en las obras del Espai Barça?

Imagen de cómo sería el Espacio Barça por la noche
Imagen de cómo sería el Espacio Barça por la noche

Antonio García Valdecasas, empresario del círculo de amistades y conocidos de Joan Laporta, propietario en cierto momento, de entre otros negocios, de Muro Cortina Modular (MCM), vuelve a la órbita azulgrana intentando aprovecharse de esta relación por conseguir un buen contrato y una oportunidad de recuperar los enormes gastos que le supusieron demandar al FC Barcelona en tiempos de la presidencia de Sandro Rosell.

Muro Cortina Modular es el proveedor al que Joan Laporta firmó un contrato según el cual, a través de su división de publicidad, podía insertar publicidad en la estructura de la cubierta de la Masía de Sant Joan Despí, que fue instalada también por contrato por MCM. Las pretensiones de MCM, que nunca colocó las pantallas de leds que hubieran permitido utilizar la fachada del edificio como panel publicitario visible desde la autopista de salida y entrada a Barcelona por la B-23, eran exigir al Barça encontrar publicidad para esta explotación a favor de sus intereses comerciales.

La directiva del momento, por el contrario, reclamó a MCM por defectos en una instalación mediocre y deficiente de la cubierta de cristal debido a que alguna de las piezas de la estructura cayeron peligrosamente sobre las zonas de tránsito de los residentes. La reacción de MCM fue presentar distintas demandas contra el FC Barcelona por incumplimiento de contrato.

En el juzgado, MCM recibió una soberana paliza legal por su injustificada y pésimamente argumentada estrategia jurídica, desesperada hasta el punto de llegar a contratar al expresidente de Banesto, Mario Conde, como abogado, pese a contar en el juicio con el testimonio favorable de Joan Laporta en calidad de expresidente y firmante del primer contrato de relación entre MCM y el FC Barcelona.

En primera instancia, MCM recibió una sentencia desestimatoria de la demanda que posteriormente ratificó la Audiencia Provincial y elevó a firme al Tribunal Supremo que, además, condenó a la empresa de Antonio García Valdecasas al pago de las costas del juicio, de casi un millón de euros.

No teniendo bastante con esta paliza judicial, MCM continuó buscando fisuras legales por donde darle un mordisco económico a la pétrea defensa de los intereses del club por parte de la directiva de Sandro Rosell primero, y después de Josep Maria Bartomeu. Contaba, gracias al aparato laportista de la oposición, con un fuerte ruido mediático cada vez que anunciaba una demanda o los recursos sucesivos, finalmente fallidos.

Los negocios para MCM eran mucho más fáciles y favorables para la empresa, pero no para el club, cuando Laporta era su presidente. Por este motivo, la opción de recuperar MCM ahora como proveedor para el Espai Barça, y para lo que sea necesario y haga falta vuelve a estar sobre la mesa. Otro lastre que Laporta dejará al club en herencia.

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