¿Por qué la prensa laportista se ha vuelto tan peligrosa y embustera?

Joan Laporta

Frenkie de Jong, el futbolista que está siendo víctima del mobbing, extorsión y chantaje más abominable de la historia el FC Barcelona, un caso que está avergonzando al mundo del fútbol por culpa de la directiva de Joan Laporta, fue insultado esta semana por aficionados azulgrana a la puerta de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí. Una situación idéntica y tan sospechosa como el ataque que fue grabado por TV3 contra Ronald Koeman pocos días antes de su destitución como entrenador.

Puede que no fuera un hecho del todo casual ni aislado, inevitablemente asociado a la tensa relación con la directiva y a los pitos que también se llevó en el Gamper del día 7 de agosto cuando salió a jugar en la segunda parte.

Existe, inevitablemente, una reacción de los aficionados a todas esas monstruosidades y mentiras, a esa especie de conspiración en su contra orquestada desde la directiva y en connivencia con la prensa laportista, que han convertido a Frenkie de Jong en el blanco de todas las críticas como si él fuera un activista clave, la pieza de la ex directiva de Bartomeu que, expresamente, está boicoteando la inscripción de Lewandowski desde dentro. Eso sin contar con que la junta dispone de recursos y contactos suficientes para enviar a aficionados de su cuerda a aporrear el coche de Koeman o a insultar a De Jong de buena mañana para amplificar el efecto de esa presión para que acepte un traspaso o una reducción de salario. A esos extremos se ha llegado. ¿Cómo? Pues sobre todo gracias a periodistas como Lluís Mascaró (Sport) tan capaces de escribir, por ejemplo, que “las renovaciones que Bartomeu perpetró la noche del 20 de octubre del 2020, después de un partido de Champions, fueron sorprendentes. La ampliación de los contratos de Ter Stegen, Lenglet, Piqué y De Jong se efectuó, además, con premeditación y alevosía. Unas renovaciones que la actual junta que preside Laporta, después de analizarlas durante varios meses con un bufete de abogados, considera que pueden ser constitutivas de delito porque han supuesto un sobrecoste de 311 millones de euros. De hecho, el club está estudiando llevar el caso a la fiscalía por presunta administración desleal”.

Y capaz también de haber escrito, en octubre de aquel año 2020, lo siguiente: “Bartomeu todavía puede hacerle otro gran favor al próximo presidente azulgrana: cerrar la renovación de Ter Stegen. el portero alemán firmará en los próximos días la ampliación de su contrato hasta el 2025. Con la consecuente mejora económica que le convertirá en el guardameta mejor pagado del mundo, Ter Stegen (que está culminando su recuperación con el objetivo de llegar al clásico) es una pieza fundamental del nuevo proyecto deportivo blaugrana. De hecho, forma parte de esa columna vertebral sobre la que edificar el Barça del futuro”.

La prensa es muy culpable de mover en una dirección o en otra la opinión pública barcelonista, muy capaz de sacarla de quicio y de confundirla. La recomendación es la de pensar mejor qué escribir y cómo en estos tiempos en los que Laporta, el peor enemigo de sí mismo y del Barça, necesita inventarse otros enemigos para justificar el clima de agitación en el que él se mueve como pez en el agua.

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