La Generalitat ha constituido este martes la Comisión Interdepartamental de Sequía, que ya ha celebrado una primera reunión en el Palau de la Generalitat en la que se ha analizado el estado y la evolución de la situación y de las medidas que se están llevando a cabo para combatir la carencia de agua.
La comisión se constituye ante un escenario de déficit de lluvias y altas temperaturas, que ya ha empezado a pasar factura a algunas cuencas hidrográficas. Llevaba 14 años, desde la gran sequía del 2008, que esta comisión no se reunía.
Los embalses de cuencas internas catalanas se encuentran en estos momentos en un 42,3% de las reservas; por debajo del 40% el protocolo establece que ya debe declararse la situación de alerta. Y aunque la semana pasada ya se declaró este aviso hidrológico en la cabecera del Ter, el Llobregat medio y el Anoia-Gaià, la situación se ha paliado en cierta medida gracias al trabajo intenso que están realizando las plantas desalinizadoras, que han producido 34,5 hectómetros cúbicos de agua desde febrero.
En la rueda de prensa de balance del curso político, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ha pronunciado al respecto y ha expresado que hay que hacer frente «con serenidad, pero sin confiarse» en el estado de las reservas en los embalses.
Este mismo martes, Ecologistas en Acción ha pedido a la Agencia Catalana del Agua que amplíe los sistemas urbanos de drenaje sostenible y que se trabaje en la normativa que haga falta para poder «aprovechar las aguas pluviales». Sobre la primera de las medidas consideran que la mejor opción es la gestión del drenaje en origen y también la construcción de depósitos de laminación. El objetivo es, según la organización ecologista, poder «descongestionar» el sistema convencional de alcantarillado, de modo que se pueda controlar más las lluvias torrenciales y su impacto.
