Dos horas y 34 minutos sería el tiempo que, según el ingeniero Pau Noy, presidente de la Fundación Movilidad Sostenible y Segura, se tardaría en ir de Barcelona a Andorra y viceversa si se construyera el proyecto ferroviario entre Alp y el Principado, pasando por la Seu d’Urgell.
Así lo ha asegurado durante la presentación telemática de la propuesta, ahora en estudio por parte de la Generalitat. El experto, que había trabajado en Transports Metropolitans de Barcelona, augura que la demanda de viajeros podría ser superior a 7.000 diarios.
Noy considera el proyecto ferroviario «viable y necesario» para mejorar la movilidad con el país vecino, que recibe «millones de visitantes cada año». El ingeniero, que ha realizado el estudio a partir de modelos de comportamiento de la demanda en el resto de estaciones catalanas, ha defendido el modelo de transporte porque «reduce a cero» las emisiones climáticas cuando está electrificado, porque «reduce a prácticamente cero» la siniestralidad y porque «garantiza un acceso sin atascos».
La ponencia ha surgido paralelamente al estudio de viabilidad sobre la nueva línea de tren que impulsa Ferrocarrils de la Generalitat de la que el gobierno catalán adjudicará la redacción del estudio en octubre.
El proyecto prevé una línea entre Alp y la Seu y, en una segunda y tercera fase, subir hasta Sant Julià y, posteriormente, Andorra la Vella y Escaldes, en este caso ya de forma sótano. En total, unos 606 millones de euros, con la posibilidad de que en la parroquia laurediana se construya también una terminal para mercancías. Esto elevaría la inversión a 688, según los cálculos de Noy.
