Un empresario admite que CDC le obligó a emitir facturas falsas

Declara que el exconseller Germà Gordò le puso en contacto con Oriol Carbó, el gestor de una productora audiovisual, para poder cobrar trabajos realizados para Convergència

Germà Gordó
Germà Gordó

El empresario Juan Manuel Parra, proveedor de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), ha asegurado este miércoles ante la juez que el exdirigente de este partido y exconsejero Germà Gordò le «obligó» a emitir facturas falsas a Triacom, una productora de programas de TV3, si quería cobrar los servicios que prestó para sus campañas electorales: «O lo tomas o lo dejas, me dijeron».

Así lo ha reconocido el empresario, que fue condenado a ocho meses de cárcel por el pago de comisiones a CDC a través del Palau de la Música, en el juicio iniciado este miércoles en Barcelona contra una presunta trama de facturas falsas vinculada al ex gerente de TV3 y de Triacom Oriol Carbó, que también está investigado en el caso del 3%.

Junto a Carbó y Parra, se sientan en el banquillo otros seis empresarios acusados ​​de emitir facturas falsas por trabajos ficticios en Triacom, entre ellos el excargo de CDC David Madí, también imputado en el caso Voloh por presunto tráfico de influencias.

La fiscalía pide penas entre uno y dos años de cárcel para los ocho imputados, a los que acusa de los delitos de falsedad en documento mercantil y contra la Hacienda pública, por facilitar la facturación falsa para que Triacom, productora de los programas de TV3 El Gran Dictat y Fish and Chips, pudiera aumentar los gastos deducibles y así reducir el pago de IVA y del impuesto de sociedades en 2011.

Parra ha vuelto a reconocer que los servicios que facturó a Triacom «no eran ciertos», sino facturas por trabajos que llevó a cabo para las campañas electorales de CDC de 2010 y 2011, y que recibía «instrucciones» de Carbó sobre el importe y los conceptos que debía hacer constar.

También Carbó, que devolvió la suma defraudada a Hacienda más los intereses correspondientes, reconoció la facturación falsa de la que le acusa la Fiscalía, en una declaración en la que se negó a responder a las preguntas de las demás defensas.

Pero no Madí, que ha mantenido que las dos facturas que giró a Triacom, por un importe de 194.700 euros, se correspondían con trabajos reales realizados por la «consultoría estratégica» de negocio e inversiones que montó cuando en 2011 abandonó sus responsabilidades en CDC.

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